miércoles, 3 de mayo de 2017

EL “JUDEO-CRISTIANISMO” DE MONSEÑOR OJEA


En vez de rezar  y de mandar rezar para que los judíos se conviertan, Monseñor Ojea se mandó una nueva trastada:
“La comunidad israelita Lamroth Hakol, en Florida, partido de Vicente López, celebró una cena (seder) de Pésaj (la Pascua judía) a la que invitó al obispo de San Isidro y presidente de Caritas, monseñor Oscar Ojea; a sacerdotes y a seminaristas.
La comida se desarrolló el martes 11 de abril en un amplio salón de su sede en Caseros 1450, Florida, lleno de mesas con grupos familiares y de amigos, y representantes de entidades de bien público y comunidades cristianas.
“Hoy como prueba de nuestra diversidad y pluralidad recibimos en esta sede como invitados al obispo y a un grupo de seminaristas de la grey católica”, dijo el presidente de ese centro comunitario religioso y cultural establecido en 1944, Raúl Schvartzman.
El joven rabino Fabián Skornik explicó el sentido de la celebración, la libertad, “esa mano extendida y brazo poderoso del Señor que nos sostiene y nos hace libres”.
Y el obispo de San Isidro, monseñor Ojea, hizo una breve “reflexión”
Nota catapúltica
Por si monseñor Ojea no lo conoce, va el admirable testamento de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo Edith Stein, judía):
“Desde ahora acepto con alegría, y con absoluta sumisión a su santa voluntad, la muerte que Dios ha preparado para mí. Pido al Señor que acepte mi vida y también mi muerte en honor y gloria suyas; por todas las intenciones del Sagrado Corazón de Jesús y de María; por la Santa Iglesia y, especialmente, por el mantenimiento, santificación y perfección de nuestra Santa Orden, en particular los conventos Carmelitas de Colonia y Echt; en expiación por la falta de fe del pueblo judío y para que el Señor sea acogido por los suyos; para que venga a nosotros su Reino de Gloria, por la salvación de Alemania y la paz en el mundo. Finalmente, por todos mis seres queridos, vivos y muertos, y todos aquellos que Dios me dio. Que ninguno de ellos tome el camino de la perdición”.
Ella sí que verdaderamente amaba a su pueblo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DEJENOS SU COMENTARIO, ¡ALABADO SEA JESUCRISTO!