El éxodo masivo que la guerra provocó en Medio Oriente llevó a un proceso social y político histórico por la gran cantidad de migrantes que buscaron escapar hacia Europa y otros puntos del Globo. El municipio de Pilar, ubicado a 45km de Córdoba capital se ofreció ante la ONU para recibir a 50 familias de refugiados, y allí empezaron a llegar las primeras familias provenientes de Siria.
Taufiq Touma (40) y su esposa, Ani Hadad (29), junto a sus dos hijas Kristel (10) y Mari Flor (13) no encontraron la prosperidad en suelo argentino y emprendarán su regreso a Alepo, su ciudad natal que había sido controlada por el ISIS y fue liberada por el Ejército sirio.
“Pensamos que la vida aquí sería más barata y que nuestras hijas tendrían futuro, pero no lo vemos ahora. No aguantamos más, nos queremos volver a nuestro país”, relató Taufiq al diario La Voz del Interior. En estos cuatro meses no pudieron conseguir trabajo, tampoco pudieron adaptarse a la vida diaria.
Uno de sus familiares que los acompañó este tiempo asegura que “faltó ayuda del Estado ya que hubo varias promesas incumplidas”. Taufiq asegura enojado que “no queremos pedirle plata a nadie, la queremos ganar. Mi padre fue la última persona que me dio dinero y no queremos ser una carga en Argentina”.
Pese a que un cura tucumano que los ayudó a salir de Siria les recomendó que no se vuelvan y les recordó que hace pocos días murieron 120 personas por una explosión, Taufiq se muestra ansioso por volver a Alepo y planea volver a abrir una perfumería: “Si no me va bien, puedo trabajar como taxista, aquí no”.
Los Touma no son los únicos refugiados sirios que están en Córdoba y que se quieren volver a su país. El diario La Voz del Interior enumera varios casos de familias que no cuentan con el dinero que la vida en Argentina no ha acompañado las expectativas que traían escapando de la guerra.