El P. Calvo defiende la “pena capital” para Ana Julia: “Mujeres como ella son prostitutas amparadas en derechos liberales que las protegen de los que se dejan seducir fácilmente”
Ana Julia Quezada, en plena actuación.
CB.- “Indignación por la muerte de un niño inocente y rabia por la complicidad con la asesina de amplios sectores del feminismo y la izquierda españolas”. Estos son los sentimientos expresados hoy por el párroco de Villamuñio (León), Jesús Calvo, tras ser hallado el cadáver de Gabriel Cruz, el pequeño de 8 años asesinado en Níjar (Almería) por Ana Julia Quezada, la novia caribeña del padre de la víctima.
Ajeno a los formalismos de la corrección política, como en él es habitual, el Padre Calvo se muestra muy crítico con la unión del padre de Gabriel con una dominicana de turbio pasado. Sostiene al respecto que las relaciones interraciales son contrarios a Dios. “Cuando las leyes naturales se transgreden vienen las consecuencias y las irresponsabilidades. Eso es materialismo en la práctica, que nos somete a la ley de los animales”, señala.
El sacerdote leonés subraya la necesidad de que los sacerdotes encargados de oficiar las uniones entre personas de razas y culturas distintas comprueben antes “si hay amor y responsabilidad católica, como Dios entiende el matrimonio”.
El párroco leonés Jesús Calvo
Sobre Ana Julia Quezada, la asesina dominicana, Jesús Calvo reclama para ella “el castigo ejemplar de la pena capital”. Lo razona de esta forma: “La eliminación de la pena capital va contra la doctrina católica y al menos el 90 por ciento de los crímenes podrían evitarse ante el temor a la justicia. Por lo tanto, estamos incurriendo en una descristianización, que nos somete cada día mas a la indefensión moral, fallando así la justicia y la predicación de la doctrina. Lo que implica la pena capital es que ciudadanos inocentes no se verán expuestos al peligro para sus vidas de los criminales reincidentes”.
“Hay que pensar muchas veces que mujeres como esta asesina son prostitutas que se amparan en derechos liberales, que en último término las protegen de aquellos que se dejan fácilmente seducir”, añade el sacerdote castellano-leonés.
Denuncia por último que la masonería, a través de organizaciones como Amnistía Internacional, haya eliminado dos cuestiones a su juicio fundamentales: “el matrimononio indisoluble y la pena capital, con lo cual la sociedad está cada vez más indefensa y legalmente inerme”. “Cada país tiene lo que se merece. Los americanos tienen a Trump y nosotros al ‘coletas'”, apostilla Calvo.
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