[Todo el asunto de Fátima está envuelto en silencios, omisiones, contradicciones, imposturas, intenciones ocultas etc..El lector no tiene más que profundizar en las fuentes conocidas que han tratado por extenso el asunto para confirmar lo anterior. No tiene nada de particular que una coincidencia al 100% entre los que tratan de ello, sea imposible, porque los documentos y datos fidedignos están celosamente custodiados precisamente por aquéllos que, en principio, deberían ser los más interesados en hacer luz en la historia de Fátima. Ejemplo de ello es el sellado de la celda de la Hermana Lucía del convento de Coimbra. Todo, absolutamente todo, escritos, hábitos de la religiosa, cartas de identidad (Con lo fácil que sería obtener de esos carnets la huella digital y compulsarla con la huella que aparece en el Secreto recientemente publicado- aunque ha sido divulgado por nosotros desde hace siete años) permanece en una celda cerrada y sellada. También toda la extensa documentación recopilada por el cordimariano P. Alonso permanece inaccesible en el Archivo de Fatima.


Primera, tercera y segunda Lucía. La segunda y la tercera son las suplantadoras. La dentadura de las tres es imposible de ser atribuida a la misma persona. El paso de tener una dentadura como la de la segunda (“tercera en la foto) a la de la tercera no puede imaginarse ni con operaciones dentales masivas. Pasaría de tener unos dientes casi perfectos. a unos dientes naturales pequeños y feos.
Todo ello demuestra que la farsa de la suplantación arranca desde aquellos años en que la dorotea Sor María Lucía fue literalmebte silenciada, a raiz de sus últimas entrevistas con dos visitantes jesuitas en el convento de Tuy. El responsable sería la máxima autoridad vaticana en ese momento, el Sostituto de la Secretaría de Estado (vacante entonces como también durante todo el Pontificado de Pío XII, Mons. Montini, de muy infeliz recordación). El resto ya es conocido pero no se han mostrado las pruebas fehacientes porque la maquinaria vaticana lo impide con todos sus potentes medios y portavoces)
El asunto puede resumirse en la siguiente afirmación: Desde los últimos años de la década de los cuarenta del siglo pasado, se intentó, mediando Montini, desvirtuar y falsear la historia de las Apariciones para servir a la Agenda Vaticana (Concilio, Misa, magisterio de los “papas” conciliares etc..) y para eso no se reparó en medios que incluían el silencio respecto de la muerte de Lucía, el embeleco de su sustitución por otra u otras religiosas, la publicación de algún libro supuestamente escrito por Lucía, ocultamiento de las fuentes que pudieran servir para la clarificación de los hechos, publicación de un Secreto falso en el año 2000, ocultación del verdadero secreto, y posiblenente, al fin, la entrega anónima de ėste al público, supuestamente por el mismo Vaticano, con alteraciones que pudieran desacreditarlo, etc..
Aquí tengo que referirne a dos novedades hasta ahora poco tratadas y conocidas:
1) La correspondencia de la carmelita que se hizo pasar por Lucía (que por lo visto le era permitida con personas del mundo exterior al convento) fue recogida por el P. Antonio María Martins S.J. en su libro de título extraño y ajeno al asunto de que trata el libro “El futuro de España en los documentos de Fátima” publicado en su segunda edición en 1989 (la primera fue en 1978). Las “cartas de Coimbra” abarcan los años de 1954 hasta 1970, y comprende en total 5 cartas precedidas del anagrama J.M +J. T (Jesús, María + José Teresa) o alguna sólo J+ M. y van firmadas por H. Lucía i.c.d. Es evidente para cualquiera que las compare con las 23 cartas recogidas en el mismo libro de la hermana dorotea, María Lucía -invariablemente van precedidas del anagrama J.M.J y están firmadas con un “María Lucía de Jesús”- que puede comprobar a simple vista que EL ESTILO ES DISTINTO: Las 5 cartas de Coimbra tienen un estilo mucho más ampuloso con citas y exégesis de San Pablo y de la Sagrada Escritura y se manifiesta en ellas un tono docente sin omitir explayarse en sus sentimientos íntimos. Esta impresion mía merecería un estudio detallado y prolijo pero no es su sitio aquí. La primera carta de 1954 claramente denuncia un estilo diferente al de la humilde Sor María Lucía que se limita a lo esencial de sus recuerdos y de su inteligencia del Mensaje de Fátima y de la devoción al Corazón Inmaculado (cuya propagación era el encargo dado por NªSª). Naturalmente no pretendo que se acepte esta impresion mía dicha aquí, así, en tan breve espacio, pero no puedo dejar de manifestar que mi impresión es firme en no reconocer a la verdadera Lucía en la autora de estas cartas, y particularmente en la carta de 1954 . Como se sabe, algunos piensan que en esa fecha todavía era Lucía la que moraba en el convento de Coimbra como carmelita. Lo anterior unido a la evidentemente falsa fotografía que se muestra en el Museo de Fátima como si fuera de Lucía, el día de su profesión el 31 de mayo de 1949, y el testimonio irrefragable de la fecha dada en el documento fuente digital de las carmelitas fallecidas y que después fue vaciado en todos sus detalles, en el catálogo publicado por los carmelitas de Roma, en el que se observa una perfecta identidad con el documento fuente, pero en el que la fecha de defunción fue cambiada respecto de la del documento fuente por la, por todos conocida, de 2005; todo ello certifica nuestra tesis acerca de la muerte de Lucía en el día 31 de mayo de 1949 (Recuérdese que en 1943 le mandaron escribir el Secreto temiendo su muerte dada su mala salud). Y todavía más, doy una tercera razón : Las ideas de la supuesta Lucía en 1957, en la famosa entrevista con el P. Fuentes, es decir, al hablar de que estamos en LOS ÚLTIMOS TIEMPOS, diciendo que habría una DESORIENTACION DIABÓLICA en los jefes vaticanos, NUNCA, JAMÁS, NI POR APROXIMACIÓN es algo escrito por Lucía, ni en sus cartas ni en sus memorias ni tampoco consta que hubiera hablado de ellas a ninguna persona. Estas tres razones hacen casi segura la fecha de la defunción de Lucía en el 31 de mayo de 1949. Además, note el lector, que la idea de desorientación diabólica, en el fondo es una maniobra para explicar los cambios extraños en los papas conciliares pero reconociendo al mismo tiempo su legitimidad. Nada tiene nada de 4xtraño que esta maniobra haya sido dirigida desde Roma, sirviéndose de una de las suplantadoras de Lucía para afianzar la legitimidad de los papas conciliares. El argumento es : ¡Eran verdaderos papas pero estaban desorientados! Pero la verdad es que no eran papas porque eran modernistas y todo su pontificado, totalmente desorientado y diabólico, iba dirigido a cambiar la Iglesia Católica por una Nueva Iglesia modernista.
2) El Tercer Secreto, tal como aparece en el siguiente artículo, publicado por primera vez en internet, en abril de 2010, tiene una lectura un tanto extraña que puede provocar cierto escepticismo. El editor de Tradition in Action, Sr. Sinke Guinarães, que lo había publicado en abril de 2010, tras admitir la hipótesis de que pudo haber sido hecha alguna alteración en su redacción mediante el cambio de lugar de algunas palabras en la fotografía divulgada ( particularmente en la fecha que aparece en la parte superior derecha de 1/4/44) que haya cambiado su sentido pero sin ser detectada en el análisis caligráfico, ha llegado a recomponer, con criterios extraídos de la presentación del texto (véase el proceso explicado por él aquí) el supuesto texto original del Secreto.
El resultado que supuestamente nos daría la verdadera lectura del Secreto de Fátima es el puesto a continuación, dado en una traducción propia del texto en inglés, pero con los mismos términos usados en español en la version común del Secreto aceptado. No es algo seguro está recontrucción del Secreto pero puede tomarse como una hipótesis a tener en cuenta,
[Sigue el post de Miles Christi ] [Como podrá ver el lector lo expuesto por mí en el blog coincide sustancialmente con lo escrito por el editor del blog del que tomo el artículo. Hay alguna diferencia, pero es totalmente previsible en el asunto de Fátima que sigue envuelto en oscuridades. Respecto de la muerte de Lucía en mayo de 1949 mi posición no ha variado. De todas maneras si no se scepta, deberían explicarse y refutarse las razones anteriores , expuestas por extenso en algunos posts de este blog, que sustentan esa posición y que hasta ahora nadie lo ha hecho]
EL TERCER SECRETO DE FÁTIMA: VERDADES SILENCIADAS Y MENTIRAS OFICIALES
ADVERTENCIA Y SÚPLICA
Nuevamente nos embarcamos a escribir sobre un tema polémico: el Tercer Secreto de Fátima. Y lo hacemos confesando que no sin gran temor tratamos sobre el asunto porque avizoramos el dedo acusador de aquellos indomables e irreducibles tartufos y mojigatos de uno y otro sexo apuntando que nuestro artículo es calumnioso, paranoide y blasfemo, y las lenguas de quienes, amén de tacharnos de supersticiosos, “caritativamente” nos emplazarán en un tribunal (seglar y “canónico”) canguro, cuando no enviándonos en vida a las infernales llamas, conocedores ellos mejor que nadie de semejante república. Mas seguiremos nuestro propósito, que es el de contribuir a develar el engaño en que la apóstata secta del Vaticano II tiene al mundo y a las almas respecto al Tercer Secreto de Fátima y a Sor Lucía, la última de los videntes.Auxiliados por Nuestra Señora, la Bienaventurada siempre Virgen Santa María, en su advocación de Reina del Rosario de Fátima y de los Mártires, esperamos que este análisis llegue a feliz término, y sea un desagravio por tantas ofensas y sacrilegios que ha sufrido en estos años por los infieles y los apóstatas.A los lectores, les pedimos que arrien de sus mentes los estandartes de prejuicios e ideas preconcebidas, invitándolos a abrirse a un nuevo enfoque sobre el tema de Fátima. Sin duda, este artículo es polémico y fuerte, pero no puede ser de otra manera. Frente a la presente apostasía, no es posible ni permitido transigir.
Nuevamente nos embarcamos a escribir sobre un tema polémico: el Tercer Secreto de Fátima. Y lo hacemos confesando que no sin gran temor tratamos sobre el asunto porque avizoramos el dedo acusador de aquellos indomables e irreducibles tartufos y mojigatos de uno y otro sexo apuntando que nuestro artículo es calumnioso, paranoide y blasfemo, y las lenguas de quienes, amén de tacharnos de supersticiosos, “caritativamente” nos emplazarán en un tribunal (seglar y “canónico”) canguro, cuando no enviándonos en vida a las infernales llamas, conocedores ellos mejor que nadie de semejante república. Mas seguiremos nuestro propósito, que es el de contribuir a develar el engaño en que la apóstata secta del Vaticano II tiene al mundo y a las almas respecto al Tercer Secreto de Fátima y a Sor Lucía, la última de los videntes.Auxiliados por Nuestra Señora, la Bienaventurada siempre Virgen Santa María, en su advocación de Reina del Rosario de Fátima y de los Mártires, esperamos que este análisis llegue a feliz término, y sea un desagravio por tantas ofensas y sacrilegios que ha sufrido en estos años por los infieles y los apóstatas.A los lectores, les pedimos que arrien de sus mentes los estandartes de prejuicios e ideas preconcebidas, invitándolos a abrirse a un nuevo enfoque sobre el tema de Fátima. Sin duda, este artículo es polémico y fuerte, pero no puede ser de otra manera. Frente a la presente apostasía, no es posible ni permitido transigir.
INTRODUCCIÓN: LA OPOSICIÓN A FÁTIMA POR LOS ALTOS
Así quieren muchos a la Virgen: Amordazada
Dijo Sor Lucía de Fátima al P. Agustín Fuentes en su entrevista de 1957:
El Tercer Secreto de Fátima, si bien podía ser leído por Pío XII, debía revelarse en 1960 como muy tarde, pues en palabras de Sor Lucía de Fátima, en esta fecha sería más claro(aunque Pío XII manifestó a su amigo el conde Enrico Pietro Galeazzi estar preocupado por las confidencias que la Virgen le reveló a Sor Lucía -lo que permite inferir que algo se conocía del Tercer Secreto).
Pero en el Vaticano, Giovanni Battista Montini Alghisi y el jesuita belga Edouard Dhanis, modernistas a cuál más, tachaban de falsas las apariciones y mensajes que hubiese recibido Sor Lucía posteriores a Octubre de 1917, reduciendo el mensaje de la Virgen a un simple pedido de oración y penitencia. De hecho, Dhanis dividió el Mensaje de Fátima en dos partes separadas: “Fátima I”, según él, son las apariciones de Nuestra Señora entre Mayo y Octubre de 1917 (y como tal las aceptaba a regañadientes), mientras que las apariciones de Tuy y Pontevedra venían a ser “Fátima II” (que tachó como “fabricación inconsciente” de Sor Lucía). Peor aún, señaló que las apariciones del Ángel en 1916, el Secreto en tres partes y el pedido de la Consagración de Rusia eran burdas invenciones, si no de Lucía, del clero conservador contrario a la recién proclamada República Portuguesa masónica (posición sostenida hoy por el presbítero apóstata Mário Pais de Oliveira, que incluso afirma que nunca hubo apariciones). Sobre la Consagración, la calificó un acto “prácticamente irrealizable” y “moralmente imposible” porque sería ofensivo tanto para la Ortodoxia cismática como para Rusia misma.
Esto confirma las palabras del Padre Malachi Martin, que ante la pregunta de Bernard Janzen “¿Quiénes son las personas que están trabajando fuertemente para suprimir Fátima?”, respondió:
Y agrega
LUCÍA DE FÁTIMA HA MUERTO, VIVA LUCÍA DE COÍMBRA
En la segunda aparición, Sor Lucía de Fátima relata
A partir de ese “algún tiempo” algunos afirman que Sor Lucía de Fátima murió el 31 de Mayo de 1949, por lo que la entrevista con el Padre Fuentes en 1957 (y publicada en 1958 con Imprimátur de la Diócesis de Leiria) sería falsa. Pero si es falsa dicha entrevista, estaríamos ante un fraude tan magistralmente bien hecho que más de un ensotanado tembló, porque el revuelo ante la advertencia profética fue tal que en 1959 la Curia Romana y el Obispado coimbrense corrieron a desmentir:
Aparte, una muerte de Lucía de Fátima en 1949 hubiese metido en problemas a Pío XII frente a las demandas de publicación del Tercer Secreto y de Consagración de Rusia. Pero la entrevista con el Padre Fuentes y la censura movida por la Diócesis coimbrense sólo confirma lo que de entrada se sabe: el mensaje de la Virgen de Fátima es coherente en sí mismo y con otras célebres apariciones como las de Buen Suceso y La Salette, que advirtieron sobre la Gran Apostasía, Roma como sede del Anticristo, y el Castigo Final. Por tanto, sería verosimil que Lucía de Fátima sobrevivió a 1949. Pero después de 1957, se pierden los rastros de la verdadera Sor Lucía de Fátima, pues
Sor Lucía de Fátima dijo que el Tercer Secreto debía revelarse cuando ella muriera, o en 1960. Enfatizamos ese año porque, para ese tiempo, se había ordenado el silencio y aislamiento total de Sor Lucía por la jerarquía conciliar, que se sentía incómoda con ella. De Sor Lucía de Fátima nunca más volvió a saberse hasta 1967, como compañía conveniente para Pablo VI, que se encontraba de gira en Portugal. Solo que no era Sor María Lucía de los Dolores SSD (en adelante Lucía de Fátima). Hemos de habérnoslas con una persona distinta: Sor María Lucía de Jesús y del Inmaculado Corazón OCD (en adelante Lucía de Coímbra).
Lucía de Coímbra
El aspecto físico es distinto entre la verdadera Lucía y la impostora. Existe una foto de Lucía de Fátima en 1945 -en ese año, su edad era de 38- (último registro fotográfico plenamente reconocido), y otra que se le atribuye en 1967 (veintidós años después, a los 60 años). Pero sucede en primera instancia que la mujer retratada ¡se veía tanto (o hasta más joven) que Sor Lucía a sus 38! En segundo lugar, la verdadera Lucía de Fátima era física y fisiológicamente diferente de la supuesta “Irmã Lúcia” que captarán los medios desde 1967:
- La nariz es más corta en Lucía de Fátima, que tambien tenía una cavidad en su mentón y sus mejillas.
- La dentadura de la supuesta era homogénea y bien proporcionada, no larga, saliente e irregular (ante esto alguno osará decir que Lucía se habría hecho una cirugía para arreglarse los dientes, pero el solo pensarlo sería RIDÍCULO porque simple y llanamente no tiene sentido que una monja de clausura se haga cirugías cosméticas -y además sería un acto de vanidad, algo que la verdadera Sor Lucía JAMÁS Y NUNCA consentiría siquiera-).
- Con todo y haber presenciado el Milagro del Sol, es de suponer que Lucía de Fátima no usaba lentes, sino que tenía buena visión hasta su muerte.
- Lucía de Fátima tenía problemas de audición, mientras que la monja carmelita podía entender mensajes sin que la otra persona hablara todavía (como se verá en una entrevista posterior).
Conviene recordar una verdad evidente: al envejecer, nuestra apariencia se mantiene esencialmente la misma si nos comparamos con retratos de juventud. Pero en este caso NO SUCEDIÓ ASÍ. Lucía de Coímbra era radicalmente distinta a como debería verse Lucía de Fátima en su vejez. A fin de comprender mejor este hecho, comparad cada retrato en la secuencia etaria (última foto de primera línea y primera foto de la última línea son proyecciones aproximadas por computadora):
Y las actitudes, ni se diga: Lucía de Coímbra era locuaz en cuanto a las apariciones de Fátima, pero nunca hablaba en primera persona, esto es, no usaba los pronombres ‘yo’, ‘nosotros’ y sus variaciones sino que lo hacía en tercera (ellos, los pastorcitos). Por su parte, Lucía de Fátima era tímida, hasta el punto de que le costaba enormemente hablar del tema y las cámaras le causaban incomodidad. Ítem lo anterior, ante los hombres, Lucía de Fátima permanecía a cierta distancia y con semblante serio. En cambio, Lucía de Coímbra no tiene reparos en reirse con toda confianza y estrechar la mano de los cardenales y de Juan Pablo II, al cual le tenía una devoción rozante con la idolatría (algo que la verdadera Lucía JAMÁS HARÍA).
Lucía de Fátima con monseñor José Alves Correia da Silva, Obispo de Leiría. Distancia en señal de modestia y respeto.
Lucía de Coímbra con Juan Pablo II, en uno de sus viajes a Fátima.
Otras evidencias que permiten inferir que no se trata de la verdadera Sor Lucía:
Por más de 40 años, ¡hasta a su hermana de sangre le fue prohibido ver a “Sor Lucía” de otro modo que no a través de una reja y con otras monjas presentes! Esto explicaría el por qué su hermana no habría descubierto el fraude: nunca le fue permitido ver a “Sor Lucía” excepto por detrás de una reja y completamente cubierta por el hábito, y nunca le era permitido hablar íntimamente con ella por causa de la constante presencia de “muchas otras” religiosas!
Esta extraña cuarentena de “Sor Lucía” no fue, según el grunerismo, porque Sor Lucía sabía la verdad sobre el tema de Fátima, sino porque los conspiradores en el Vaticano no querían que la su falsa “Sor Lucía” fuese denunciada como la impostora que ella era, lo que habría ocurrido si ella hubiese sido sometida a cualquier examen o escrutinio serio. Una de las razones (sino la principal) para silenciar a Sor Lucía de Fátima es que, sabiendo que la masonería eclesiástica estaba en pro de conseguir sus propósitos, revelaría el Tercer Secreto. Esto a partir del hecho de que el arzobispo Fernando Cento Andreani, nuncio en Portugal, le dijo a Juan XXIII bis en Diciembre de 1958: “Sería prudente para Vd. revisar qué hay en el Tercer Secreto. La Hermana Lucía me contactó. Ella puede enviar un mensaje al mundo. Yo no sé si pueda ser oportuno…”. No nos es posible determinar cuándo sucedió el contacto referido por el nuncio, pero sí que Juan XXIII bis leyó el Tercer Secreto el 17 de Agosto de 1959, día en que le había sido presentado por fray Pierre-Paul Philippe OP, Comisario del Santo Oficio (con el consentimiento del Cardenal Ottaviani); y luego lo devolvió a los archivos inquisitoriales diciendo: “Esto no concierne a mi pontificado”, y jamás quiso oir hablar de Fátima.
Cuando el futuro cardenal Silvio Oddi le preguntó por qué no revelaba el secreto, la respuesta de Roncalli fue un seco “No me hable de eso”. Monseñor Oddi insistió: “Si usted quiere, yo no le hablaré más, pero no podré impedir a la gente de hablar de ello. Yo mismo tuve que hacer una centena de sermones para anunciar su revelación”. De nuevo Roncalli le espetó: “Ya le dije que no me hable de él”. El 8 de Febrero de 1960 se publicó por medio de la Agência Noticiosa de Informação (actual Lusa – Agência de Notícias de Portugal S.A.) un comunicado proveniente del Vaticano señalando que el Tercer Secreto no se publicaría jamás:
En lugar de ello, Juan XXIII bis prefirió el discurso humano diplomático, ecumenista, conciliador con el mundo, especialmente con la URSS (la Ostpolitik cassaroliana); y en su discurso inaugural del Vaticano II, el 11 de Octubre de 1962, pronunció estas palabras:
Por su parte, Pablo VI viajó a Fátima en 1967, siendo acompañado de Lucía de Coímbra, e insistió en que el Mensaje de Fátima era solo de oración y penitencia. Fuera de obsequiarle la Rosa de oro a la imagen, NO HIZO NADA MÁS EN HONOR DE LA VIRGEN. Ni siquiera un Ave María le rezó.
Primera aparición pública en persona de Lucía de Coímbra (Estampa conmemorativa del viaje de Pablo VI a Fátima, año 1967. Fuente: Todocoleccion.com)
Otro evento del pasado, que confirma el carácter de impostora de Lucía de Coímbra: En 1992 tuvo lugar la infame entrevista titulada Dos Horas con la Hermana Lucía, conducida por el “cardenal” Antony I Padiyara, “arzobispo mayor” de Ernakulam de los Siro-Malabares y el “obispo” de rito latino Francis Michaelappa de Mysore (India), y el “padre” Francisco V. Pacheco de Fortaleza (Brasil). El periodista portugués Carlos Evaristo estuvo presente como traductor oficial en la entrevista. En esta entrevista, la “Hermana Lucía”, entre otras cosas, dijo que nunca se supuso que el Tercer Secreto fuese revelado en 1960, y que incluso no debería ser revelado (afirmaciones contrarias a lo que la verdadera Lucía de Fátima dijera en su tiempo), y que el Cielo aceptó la “consagración de Rusia” (o más correctamente, el “Acto de Confianza en María”) de Juan Pablo II en 1984. He aquí algunos apartes de la entrevista
El mismo “padre” Pacheco le dijo al hermano Pedro Dimond OSB, en ocasión de una conferencia realizada en la década de 1990, que había algo errado con la Hermana Lucía de Coímbra, y que no podía responder preguntas simples sobre su vida, lo que lleva a suponer que los entrevistadores estaban entrando a fondo en cuestiones que eran ajenas y nada familiares a ella.
Alguno objetará: La “Hermana Lucía” estaba detrás de la reja del Carmelo de Coímbra, oculta a las miradas. Pero acontece que en esta entrevista de 1992 ella estaba en el exterior, delante de la famosa reja, y sostenida de la mano con otras personas. Esto tiene sentido: la entrevista tuvo permiso del Vaticano, y el fin de la misma era que Lucía de Coímbra le dijese a los entrevistadores (y al mundo) que Juan Pablo II consagró exitosamente a Rusia, y que quedase registrado ante un grupo independiente, que nunca antes la había visto en persona. Mas cuando la seudo-Lucía se encontraba con su hermana (que podía más fácilmente exponer el impostaje), ella permanecía siempre con el rostro cubierto, detrás de la reja y con muchas otras religiosas, como señalamos más arriba.
Más allá de la entrevista de 1992, hay muchas otras afirmaciones de Lucía de Coímbra en las cuales aprueba la línea que la secta del Vaticano II tiene sobre Fátima, lo que muestra su condición de impostora. En el año 2001, en un artículo impreso en L’Osservatore Romano, le preguntan a la “Hermana Lucía” especificamente sobre la consagración de Rusia. La noticia tuvo alcance mundial, y al reverendo Nicholas Gruner (que hasta su muerte afirmaba que ésta nunca ha tenido lugar) le dejó con las manos en la cabeza:
Claro, los gruneritas dirán que esta entrevista fue fabricada o distorsionada, pero entonces ¡tendrán que admitir que hay una conspiración! Si el Vaticano puede llegar a este punto, es ciertamente concebible que ellos pudiesen implantar una impostora; y, como vimos, el argumento de que todas estas afirmaciones de la “Hermana Lucía” aprobando el falso Tercer Secreto son apenas fabricaciones es destruido por la evidencia fílmica en la cual todos pudieron ver su aprobación de la versión vaticana publicada en el 2000.
UNA DISGRESIÓN: EL VATICANO II, CONCILIO ANTIMARIANO
Refiere el profesor italiano Roberto de Mattei en su libro Il Concilio Vaticano II: una storia mai scritta (El Concilio Vaticano II: una historia nunca escrita) que en 1963, muerto Juan XXIII bis y asunto Montini como Pablo VI, en la segunda sesión del concilio, la Comisión presentó un documento preparatorio sobre la Virgen (“Beátæ Maríæ Vírginis, Mater Dei et Mater hóminum”), que de acuerdo con el proyecto original, sería un decreto por separado. Además, 313 padres conciliares liderados por el Cardenal Alfredo Ottaviani presentaron una propuesta, el Schema constitutiónis dogmáticæ de Beátæ Maríæ Vírginis para la definición del dogma de María Mediadora de todas las gracias y Corredentora del género humano (“Beátæ Maríæ Vírginis, Mediátrix ómnium Gratiárum et Corredémptrix humánum genus”).
Refiere el profesor italiano Roberto de Mattei en su libro Il Concilio Vaticano II: una storia mai scritta (El Concilio Vaticano II: una historia nunca escrita) que en 1963, muerto Juan XXIII bis y asunto Montini como Pablo VI, en la segunda sesión del concilio, la Comisión presentó un documento preparatorio sobre la Virgen (“Beátæ Maríæ Vírginis, Mater Dei et Mater hóminum”), que de acuerdo con el proyecto original, sería un decreto por separado. Además, 313 padres conciliares liderados por el Cardenal Alfredo Ottaviani presentaron una propuesta, el Schema constitutiónis dogmáticæ de Beátæ Maríæ Vírginis para la definición del dogma de María Mediadora de todas las gracias y Corredentora del género humano (“Beátæ Maríæ Vírginis, Mediátrix ómnium Gratiárum et Corredémptrix humánum genus”).
El jesuita alemán Karl Rahner (apoyado por los franceses Yves Congar OP y René Laurentin), enarbolando el discurso protestante de la “mediación única, exclusiva y excluyente de Jesucristo entre Dios y los hombres” (alentados por el rechazo que Roncalli y Montini tenían contra la fiesta de la Realeza de María instituida por Pío XII -31 de Mayo-, y haciéndose eco de Friedrich Karl Otto Dibelius -obispo luterano de Berlín-Brandeburgo y presidente del Consejo Mundial de Iglesias en ese entonces-, que decía que la mariología católica era un obstáculo al ecumenismo), presentó un texto escrito a todos los participantes de la conferencia de Fulda (de los padres conciliares germanoparlantes) en agosto de 1963, donde externaba su gran preocupación respecto al documento diciendo que si se adoptaba la propuesta de Ottaviani, “esto causaría un daño inimaginable desde el punto de vista ecuménico, tanto para los Orientales como para los Protestantes”, y por ello los obispos de Alemania, Austria y Suiza debían rechazar la propuesta. Para reducir la importancia del tema, era necesario presionar, con toda la insistencia posible, para que el esquema se convirtiera en un capítulo, o el epílogo, del esquema sobre la Iglesia (la futura Constitución Lumen Géntium). Esto, para él, sería “la manera más fácil de suprimir del esquema las afirmaciones que teológicamente no están suficientemente desarrolladas y sólo ocasionarían un daño incalculable desde el punto de vista ecuménico”.
El 29 de octubre de 1963, se puso la siguiente pregunta para votación: “¿Les place a los Padres conciliares que el esquema respecto a la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, sea revisado para convertirse en el capítulo VI del esquema sobre la Iglesia?” Los resultados de la votación fueron de 1114 a favor y 1074 en contra.
Esa noche, Congar anotó en su diario que: “La mariología, por lo menos la que siempre quieren agregar, es un verdadero cáncer”. Por su parte el P. Berto, teólogo de Mons. Lefebvre durante el concilio, escribió después de esta votación:
El esquema sobre la Virgen fue remplazado por el de los religiosos como el capítulo VI de Lumen Géntium. Luego, en la tercera sesión, fue incluido como el Capítulo VIII de la precitada, pero revisado, remplazando la expresión “Ómnium Gratiárum Mediatrícem” por el de “Matrem hóminum, máxime fidélium” (“Madre de los hombres, especialmente de los fieles”, aunque Montini prefería el mero término “deprecatrícem” -intercesora-).
Peor todavía:
- La devoción al Inmaculado Corazón de María, expresada públicamente en Misa y Oficio propio, fue rebajada en el calendario litúrgico, pasando de celebrarse el 22 de Agosto como fiesta doble de segunda clase, a ser una simple memoria facultativa el sábado infraoctava del Sagrado Corazón de Jesús.
- Del Infierno, ni se hizo mención en las actas del concilio; y el pedido de oración por la conversión de los pecadores fue palmariamente ignorado.
- La Virgen en Fátima había condenado el comunismo (precisamente el Inmaculado Corazón de María y la Santa Faz de Jesucristo fueron ofrecidas por el Cielo como el último recurso frente al comunismo, la bestia escarlata). ¿Y el V2? ¡No se pronunció al respecto, máxime estando presentes delegados de la Unión Soviética camuflajeados en prelados de la Ortodoxia Rusa!
- El Rosario no solamente fue ignorado, sino que fue rechazado como oración litúrgica de la Iglesia: Durante la tercera sesión, el Cardenal Patriarca de Lisboa, pidió modificar el n° 67 de Lumen Gentium en el sentido que a las “prácticas y ejercicios de piedad” se agregara la expresión “entre las cuales se distingue el Rosario”. Pero la comisión preparatoria juzgó que “el concilio no debía designar una devoción particular”, dejando el numeral como estaba.
De este modo el concilio se pronunció contra el mensaje de Fátima. Todos los temas abordados en el secreto de Fátima fueron descartados de los debates del concilio, incluso podemos decir que fue en una dirección diametralmente opuesta. Se puede decir que el concilio Vaticano II fue un contra-Fátima así como fue un contra-Syllabus.
Un tal “Grupo ecuménico de Dombes” -cuyo nombre se debe a la trapa de Notre-Dame des Dombes cerca de Lyon, donde se realizaron sus primeras reuniones-, fundado en 1937 por el P. Paul Couturier (descendiente de pieds-noirs -y tal vez judío-) y el pastor protestante suizo Richard Baümlin d’Erlembach, se ha dado por tarea, entre otras cosas, durante más de diez años, “el reflexionar de manera constructiva sobre las ‘piedras de tropiezo’ marianas entre católicos y protestantes”.
Ellos aseguran respecto del episodio acontecido en las sesiones segunda y tercera del Vaticano II:
Es así que presentan una conclusión en su escrito “La bienaventurada Virgen María, Madre de Dios, en el misterio de Cristo y de su Iglesia”, trabajo que será premiado en el 2001 por la Pontificia Academia Mariana.
Ya en 1996 Juan Pablo II invitó a la Pontificia Academia Mariana que en ese año iba a celebrar su XII Congreso Mariológico Internacional en Polonia, a estudiar la posibilidad de la definición de los títulos marianos de Mediadora, Corredentora y Abogada. Tras varias reuniones de trabajo, la Comisión publicó una declaración donde se hacen las siguientes afirmaciones:
Compárese lo expuesto en la prensa vaticana con estas palabras del mismo Grupo de Dombes:
En limpio, podemos sacar que para la Pontifica Academia Mariana y el Grupo de Dombes, los dogmas de la Inmaculada Concepción y de la Asunción son estorbo para la “reconciliación”, estorbo que se “resuelve” mediante la “jerarquía de verdades” establecida por el Vaticano II, lo que impide la definición del dogma de la Medianía de la Santísima Virgen y su título de Corredentora del género humano (De todos modos, no pueden hacernadie puede dar lo que no tiene. La Jerarquía conciliar está desprovista de autoridad para atar y desatar, toda vez que defeccionó de la Fe). Y se refleja la obsesión de “volver a las fuentes en la Escritura”, sosteniendo además que Martín Lutero y demás heresiarcas creían en la Virginidad y Maternidad de Nuestra Señora, cosa que es evidentemente falsa si “volvemos a las fuentes” protestantes. Lutero, el monje maldito, escribió estas blasfemias:
- “Que la Virgen María haya sido concebida sin pecado original, de esto no hay una sola palabra ni en el evangelio ni en otras partes de las Escrituras”. (Martín Lutero, Sermón sobre Lc. 11:27-28)
- “La Madre María es, en verdad, digna de alabanza; pero al alabarla debemos tener mucho cuidado de no perder de vista al Hijo que Ella os dio”. (Martín Lutero, Sermón sobre Is. 9:1-7)
- “Cuanto más méritos y dignidad se atribuyen a María, tanto más mengua la gracia divina y se reduce la verdad del Magníficat”. (Obras de M. Lutero, Tomo VI, pág. 402)
- “El papa quiere que se ore en el nombre de la Virgen María; esto no significa alabar a María, sino deshonrarle de la peor manera y convertirla en un ídolo”. (Martín Lutero, Segundo sermón sobre el Magníficat)
- “María, la amada y santa Virgen y Madre de Dios, fue convertida en el papado en execrable ídolo”. (Martín Lutero, Comentario de Gén. 6:1-5)
- “El cántico Salve Regína es una gran blasfemia contra Dios pues allí se llama a María «madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra». Y no mucho mejor es el cántico Regína Cœli, donde llaman a María «Reina del Cielo»”. (Martín Lutero, Sermón sobre Mat. 1:1-16)
- “…en el presente, no hay quien hable tan mal de esta Madre y su Fruto como aquellos que la honran con muchos rosarios y constantemente dicen el Ave María. Estos, más que cualquier otro, blasfeman de la peor manera contra la palabra y la fe de Cristo”. (Obras de M. Lutero, Tomo XLIII, pág. 40)
- Ridiculizando al dominico Juan Tetzel, que le había ganado la predicación de la Indulgencia en el Arzobispado de Maguncia, dice Lutero que Tetzel “tenía del papa esta gracia y potestad: que si alguien hubiese llegado a violar a la virgen María o crucificar a Jesucristo por segunda vez, podía él perdonarle con tal que depositase en el arca los derechos correspondientes”. (Cf. Obras de M. Lutero, Tomo LI, pág. 538).
El capuchino Raniero Cantalamessa, predicador de la “Casa pontificia”, amigo de Bergoglio y simpaticone profesional de infeliz memoria, quien es uno de los símbolos contemporáneos de la Apostasía entronizada, en una prédica intitulada María en el misterio de Cristo y de la Iglesia(realizada el 18 de Diciembre de 2015, día de la Expectación de la Bienaventurada Virgen María), habló de la Santísima Virgen -para él nada más que “María”- y del ecumenismo a la luz de la Constitución “dogmática” Lumen Géntium del Vaticano II en la siguiente forma:
EL SECRETO DE 2000 ES FALSO
Malachi Martin refiere que el Tercer Secreto “no tiene ningún sentido a menos que aceptemos que habrá, o que está en progreso, una apostasía generalizada entre los clérigos y los laicos en la Iglesia Católica…”.En su oportunidad se dijo que que la carta que apareció a la luz el 21 de Abril de 2010 es el verdadero Tercer Secreto de Fátima, tanto por la coherencia interna del texto y el nexo causal con los otros dos Secretos conocidos, como podemos leer a continuación:
Malachi Martin refiere que el Tercer Secreto “no tiene ningún sentido a menos que aceptemos que habrá, o que está en progreso, una apostasía generalizada entre los clérigos y los laicos en la Iglesia Católica…”.En su oportunidad se dijo que que la carta que apareció a la luz el 21 de Abril de 2010 es el verdadero Tercer Secreto de Fátima, tanto por la coherencia interna del texto y el nexo causal con los otros dos Secretos conocidos, como podemos leer a continuación:
TRADUCCIÓN (cortesía de Antonio Moiño Munitiz)
Aunado a ello, hay testimonios que dan fe de la autenticidad de la Tercera Parte del Secreto, los cuales se reproducen a continuación:
- Pío XII: “Estoy preocupado por las confidencias de la Virgen a la pequeña Lucía de Fátima. Esta persistencia de Nuestra Señora ante el peligro que amenaza la Iglesia, es una advertecia divina contra el suicidio que representaría la alteración de la fe, en su liturgia, su teología y su alma” (“Pie XII devant l’histoire”, por Mons. Georges Roche y Philippe Saint-Germain. Paris, Editions Robert Laffont, 1972, pag. 52).
- El cardenal Mario Luigi Ciappi, quien fuera teólogo personal de Pío XII, en una carta al profesor Baumgartner en Salzburgo, Austria, dijo que el Papa Pacelli le confió estas palabras: “En el Tercer Secreto viene predicho, entre otras cosas, que la gran apostasía en la Iglesia comenzará desde su cima”.
- El cardenal Silvio Oddi, tras relatar que Juan XIII bis no quiso publicar el Tercer Secreto, y que su convocatoria del Vaticano II fue para disipar las advertencias de los profetas de castigos, refiere que “[El Tercer Secreto] no tiene nada que ver con Gorbachov. La Bienaventurada Virgen María nos alertó sobre la apostasía en la Iglesia” (citado en el semanario Il Sabato de 17 de marzo de 1990).
- El obispo de Leiría-Fátima, João Pereira Venâncio, que tuvo el sobre con el Tercer Secreto, afirma que lo vio a contraluz y que estaba escrito en una sola hoja de papel. Más aun, llegó a medir las dimensiones del papel, el tamaño de sus márgenes (unos 7,5 milímetros), y estimó que tenía entre 20 y 25 líneas de texto (dato que confirmaría el cardenal Ottaviani, que estuvo presente en la primera lectura del Secreto).
Más tarde, declaró, desmintiendo un alegado resumen del Tercer Secreto que fue publicado el 15 de Octubre de 1963: - El jesuita austríaco Joseph Schweigl, enviado por Pío XII a entrevistar el 2 de Septiembre de 1952 a Sor Lucía de Fátima sobre el contenido del Tercer Secreto, declaró lo siguiente:
- El padre Joaquín Alonso, que por décadas fuera el archivista oficial de Fátima, declaró antes de morir que el Tercer Secreto está plasmado EN UNA HOJA DE PAPEL, y se sustenta en que
Sobre su contenido, afirmó:Incluso, refiere Alonso que el Secreto alude a los “conflictos internos en el corazón mismo de la Iglesia, y las graves negligencias en los más altos niveles de la jerarquía”, y la “falta de la jerarquía más alta de la Iglesia”. Por demás, declaró que el contenido de la entrevista del padre Agustín Fuentes a Sor Lucía en 1957 era VERÍDICO Y AUTÉNTICO. - El mismo cardenal Ottaviani entrevistó a Sor Lucía el 17 de Mayo de 1955 sobre el Tercer Secreto. Doce años después, en una conferencia realizada en la Pontificia Academia Mariana el 11 de Febrero de 1967, confirmó que personalmente pudo leer el Tercer Secreto que Nuestra Señora le confió a Sor Lucía y que en obediencia ella escribió en portugués, en una sola hoja de papel:
Lo sorprendente es que en esa conferencia dijo que de acuerdo a Sor Lucía, el secreto no debía ser abierto antes de 1960. Ottaviani le preguntó por qué esa fecha, y ella le contestó “Porque entonces quedará más claro”. - El 10 de Septiembre de 1984, el obispo Alberto Cosme do Amaral, durante una sesión de preguntas y respuestas en el aula magna de la Technische Universität de Viena, en Austria, declaró:.
- En 1998, el P. Malachi Martin afirmó en el programa The Art Bell Show que, a principios de febrero de 1960, cuando era Secretario del cardenal Agustín Bea, tuvo la oportunidad de escuchar la lectura del Tercer Secreto de Fátima, que estaba escrito en una sola hoja de papel. Más aún, ¡EN UNA SOLA PÁGINA!:
Dijo que las palabras de Nuestra Señora eran muy escuetas y específicas; y ante la pregunta de un oyente que le contaba que años atrás escuchó a un jesuita en Perth (Australia) decir que habría un futuro “papa” totalmente dominado por el Demonio, el padre Martin respondió. - Fray Miguel de la Santísima Trinidad, frente al alegado extracto del Tercer Secreto publicado por el diario Neues Europa el 15 de Octubre de 1963 (y sobre la versión vaticana del 26 de Junio de 2000), declaró:
Ahora profundizaremos en el documento publicado por Ratzinger y Bertone en el año 2000, conocido como el Secreto Vaticano, el cual aparece en cuatro páginas de cuaderno, sin márgenes y con sesenta renglones en total (estrellándose de frente contra los testimonios arriba citados):
TRANSCRIPCIÓN
TRADUCCIÓN
No vamos a hablar tanto de la escritura, que es palmariamente diversa a los escritos indiscutidos en las Memorias de la Hermana Lucía (ya han habido estudios sobre el particular), sino en el contenido. Más allá de lo evidente, y a pesar de que Ratzinger reclamara que era algo simbólico y que la Lucía impostora dijese que no era sobre alguien específico, el Secreto Vaticano es un vaticínium ex evéntu, o en buen romance, “profecía de lo que ya pasó”. Peor, una hagiografía del non sancto Juan Pablo II (que contradijo el Totus Tuus de su blasón al profanar el Rosario de la Virgen al introducir los “Misterios luminosos” de su forja), presentándolo como asesinado (cuando en realidad sobrevivió al ataque con arma de fuego). Aparte, el Secreto Vaticano contiene una afirmación poco menos que próxima a herejía: la sangre de los mártires signando a los creyentes. Citará alguno el aforismo “Sánguis mártyrum semen christianórum est”, pero téngase claro que la Preciosa Sangre que Nuestro Señor Jesucristo derramó el viernes 25 de Marzo del año 33 en el madero santo y bendito de la Cruz del Calvario, es la única que nos obtiene remisión de pecados. Ningún mártir católico, por más fe que haya tenido, ni por más brutal que sea su muerte, puede equipararse con el Sacrificio de Cristo, renovado incruentamente en el Santo Sacrificio de la Misa Tradicional.Aunado a lo anterior, el Secreto Vaticano no tiene conexidad con los otros dos mensajes conocidos y publicados en las Memorias de la Hermana Lucía:
Admitamos que el Tercer Secreto contiene una visión. ¿No sería lógico que también se explicara su significación, máxime cuando Jesús nunca habló en clave, sino en forma abierta? Como es Jesús, María también es. Ella nunca hablaría oscuramente ni burlaría el entendimiento de sus devotos, antes bien, si les mostró una visión, les explicaría el sentido de la misma para que todos entiendan. Sólo así tendría sentido que al final de la Tercera Aparición, Nuestra Señora les ordenó a Lucía y a Jacinta que todo lo que estaban escuchando se lo contaran a Francisco Marto (que aunque veía, no oía a la Virgen ni podía hablar con Ella). La ausencia de explicación de la visión contenida en el Secreto Vaticano, y el documento explicativo Mensaje de Fátima por Ratzinger y Bertone, sustentado casi únicamente en el jesuita Edouard Dhanis (que como se dijo anteriormente, consideraba la mayor parte del mensaje de Fátima una invención de la Hermana Lucía), son hechos que manifiestan la falsedad del Secreto Vaticano.
La falsa Hermana Lucía aprobó en su totalidad la versión e interpretación anexa del Secreto fabricado por el Vaticano, confirmando que se refiere a Juan Pablo II. El conocimiento de este hecho no es obtenido por cartas que pueden ser muy bien forjadas, sino con innegable evidencia fílmica: el vídeo de la “Hermana Lucía” en el año 2000, cuando estuvo en Fátima para las “Beatificaciones” de Jacinta y Francisco Marto. Destácanse dos momentos dentro de la ceremonia:
- En este evento, el “cardenal” Ángelo Sodano anunció que el Vaticano iría a revelar el Tercer Secreto de Fátima, y que éste concierne al intento de asesinato del antipapa Juan Pablo II. Todos los que asistieron a ver este evento pudieron ver la reacción de la “Hermana Lucía”: ¡ella hizo gestos claros e inequívocos que significan su aprobación y acuerdo completo con el “cardenal” Sodano y su aseveración! A los ojos de cualquier persona honesta y lógica, esto es prueba absoluta de que la mujer allí presente no puede ser la verdadera Lucía de Fátima, sino una impostora y agente de la secta deuterovaticana.
- Al recibir la “comunión” de manos de Juan Pablo II ese mismo día, la “Hermana Lucía” procedió de una manera extraña: Extendió sus manos, como queriendo recibir la “comunión” en la mano. Siendo mucho más astuto (quizá para salvar su imagen de “conservador”), y sabiendo que destruiría todo el protocolo, Juan Pablo II dudó y extendió la mano para darle la “comunión” en la lengua. Pero nada más haber manducado la “sagrada forma”, “Lucía” aseguró la mano de Juan Pablo II y la besó (acto completamente extraño, toda vez que tuvo muchas oportunidades para rendirle parias al Antipapa, pero ¡ella no pudo esperar hasta después de su acción de gracias después de la “Comunión” o el final de la “Misa”!) Además, creemos que un alma tan devota y consagrada a la Reparación como lo fue la verdadera Lucía de Fátima JAMÁS Y NUNCA pensaría en recibir en la mano. Es claro que la impostora Lucía de Coímbra era demasiado celosa en cumplir su escena de devoción filial al Antipapa Juan Pablo II, y se precipitó a tomar su mano luego de “comulgar”.
Sobre esto, el “grunerita” Mark Fellows, en su libro Fátima en Crepúsculo, página 327, reconoce que:
Pero falla en la consecuencia: él admite como cierta a la falsa “Hermana Lucía” que aprobó completamente la versión e interpretación vaticana del Tercer Secreto de Fátima. Todo el que acepte a la agente guisada de monja carmelita como la verdadera Lucía de Fátima, debe necesariamente aceptar incondicionalmente el Tercer Secreto del Vaticano y su interpretación como el intento de asesinato de Juan Pablo II el 13 de Mayo de 1981 por Mehmet Ali Ağca. Por ello, casi todos los tradicionalistas coinciden en que la versión (e interpretación) del Vaticano del Tercer Secreto no era auténtica, sino otra mentira, otra conspiración. La “Hermana Lucía” impostora es de la misma laya. Es por eso que los gruneritas y los conciliares obstinados se ven forzados a hacer de todo para disculpar las innumerables afirmaciones de la impostora Lucía de Coímbra que refutan su posición de ellos.
Y a todas estas, si la monja que tanto publicitaban apoyando la apostasía del Vaticano II y sus antipapas, ¿qué pasó con la verdadera Sor Lucía de Fátima? Contrario a los que postulan que muriera el 31 de Mayo de 1949 (posibilidad que desestimamos por las razones anteriormente expuestas), ¡LA ASESINARON A FINALES DE 1958 (quizá en torno a los días de la elección de Juan XXIII bis), Y LA REMPLAZARON CON LA IMPOSTORA! Esto se infiere de una carta enviada a los hermanos Miguel y Pedro Dimond OSB por una mujer (convertida al Catolicismo tradicional), cuya familia estaba relacionada con altos grados de los Illuminati y de la Masonería. Aquí un fragmento de la comunicación (juzgue el lector su veracidad):
Esto confirma lo que la Santísima Virgen le dijo a Sor Lucía de Fátima en su segunda aparición (13 de Junio de 1917): “Mas tú quedarás aquí un tiempo más” (y las palabras de esta última a su prima Jacinta Marto: “yo quedo con el Corazón Inmaculado de María, pero algún tiempo”), a fin de redactar el Tercer Secreto, propagar la devoción al Inmaculado Corazón de María y ver la Consagración de Rusia por parte de Pío XII mediante la Carta Sacro Vergénte Anno. Y en cuanto a la impostora que después de la muerte de Sor Lucía de Fátima apareció a instancias del Vaticano modernista, permaneció convenientemente hasta el 13 de Febrero de 2005, cuando murió, y su celda en el Carmelo de Coímbra fue sellada por orden de Ratzinger (luego la reabrieron).
Lucía dos Santos, Mártir de la Fe
RUSIA Y EL MITO DE “PORTUGAL, ESCAPARATE DE NUESTRA SEÑORA”
El presbítero Nicholas Gruner, John Vennari, y otros, sostienen, para justificar sus apelos inútiles y trasnochados por la Consagración de Rusia, que los obispos de Portugal consagraron su país al Inmaculado Corazón de María el 13 de Mayo de 1931, y que desde entonces hubo un renacimiento del Catolicismo en esa nación. Incluso, llegan a afirmar que de consagrarse Rusia, sucederá lo mismo (aunque en una medida mucho mayor, obviamente).
El presbítero Nicholas Gruner, John Vennari, y otros, sostienen, para justificar sus apelos inútiles y trasnochados por la Consagración de Rusia, que los obispos de Portugal consagraron su país al Inmaculado Corazón de María el 13 de Mayo de 1931, y que desde entonces hubo un renacimiento del Catolicismo en esa nación. Incluso, llegan a afirmar que de consagrarse Rusia, sucederá lo mismo (aunque en una medida mucho mayor, obviamente).
Ellos nunca aceptarán que Nuestra Señora JAMÁS DIJO que con la Consagración de Rusia por Pío XII se convertiría al Catolicismo, sino que se convertiría a la paz, esto es, que cesaría de perseguir a la Iglesia Católica, como efectivamente sucedió: En primera instancia, Josef Stalin murió el 5 de Marzo de 1953, y al poco tiempo, el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética condenó su proceder; y en segunda instancia, el 25 de Diciembre de 1991 la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas dejó de existir como Estado. Está escrito:
Y en portugués, el vocablo conversão es empleado no solamente en el ámbito religioso, sino en cualquier sentido: cambio, transformación, alteración… Por otra parte, el Portugal salazarista, un país de mayoría Católica, nunca se volvió un país oficialmente Católico. La Carta Política de 1933, proclamada por António de Oliveira Salazar, ni menciona a Dios Uno y Trino ni declara al Catolicismo como religión del Estado Novo. Muy por el contrario, el artículo 45 prescribe la libertad de culto público a todas las religiones (contrario a los Derechos de Dios y al Orden Social y Político Católico), y el artículo 46 mantiene la separación Iglesia-Estado establecida por el gobierno masón de la Primera República portuguesa:
En suma, el hecho de que Salazar mantuviese la masónica separación Iglesia-Estado en su Constitución de 1933 (contrario sensu, el Generalísimo Francisco Franco, en el artículo 6 del Fuero de los Españoles proclamaba que el Estado protegería la profesión y práctica de la Religión Católica), es una prueba que destruye la soñada conversión a la Catolicidad de Rusia (que sucederá infaliblemente con el Triunfo Final) como fruto de la Consagración.
CONCLUSIÓN
El Vaticano conciliar es evidentemente antimariano, al silenciar el mensaje de Nuestra Señora de Fátima, al ocultar deliberadamente por tanto tiempo el Tercer Secreto, y alentando el ecumenismo, la herejía y la alteración de la Ley de Oración y Creencia. Y es dable afirmar que Sor Lucía de Fátima recibió la palma del martirio hacia finales de Octubre de 1958, quizá por ordenes expresas de Montini. A comienzos de 1959, Lucía de Coímbra sale a la escena para legitimar el Concilio Vaticano II y sus antipapas, como también el falso Tercer Secreto de 2000. ¿Por qué se dio tal maniobra? ¡PORQUE LOS CONCILIARES SABÍAN QUE SI IBAN A FALSIFICAR EL SECRETO, DEBÍAN ELIMINAR A LA PERSONA QUE LOS PODÍA DESENMASCARAR TEMPRANO! Y porque Montini, siendo como era judío asquenazí, PROFESABA UN GRAN ODIO CONTRA LA VIRGEN MARÍA, QUE HABÍA DECLARADO “MALDITA” A LA MASONERÍA DE LA CUAL ÉL ERA MIEMBRO.
Aquellos que tienen dificultad en aceptar esto, les pedimos que se enfoquen en dos cosas:
- Nuestro Señor dice que en los últimos días el engaño será tan profundo que hasta los elegidos serían engañados si esto fuese posible (Mateo 24), y una Sor Lucía impostora fue crucial para los planes del Demonio de engañar al mundo sobre el tema de Fátima;
- Todo tradicionalista que no acepte la versión vaticana del Tercer Secreto de Fátima (publicado en el año 2000), está predispuesto a reconocer que hubo una impostora “Hermana Lucía”, pero simplemente hay quien aún no se apercibe de la situación, o no es lo suficientemente honesto o lógico para admitirlo.
Hay tantos que desprecian las evidencias contra la apostasía que representa el Vaticano II y contra la Nueva Misa Montini-Bugniniana simplemente porque la “Hermana Lucía” aceptó una y la otra. Sepan ellos que no se pueden rechazar los actos de fe basándose en lo que piensan que otra persona cree.
Mas infelizmente, faltándoles la verdadera fe, escogieron seguir a hombres en lugar de Dios, y estaban en realidad siguiendo a una completa impostora que defendió a la infame iglesia conciliar, que al igual que sus hermanos los herejes protestantes, odia a la Virgen Santa María y ha querido silenciar sus palabras. Pero Dios, previendo todo esto, tuvo a bien permitir que se descorra el velo, y que hayan almas que disciernen y proclaman que la Apostasía existe y desde arriba, la Verdad de que la Iglesia Católica nada tiene con la deuterovaticanidad, y el Juicio final sobre los apóstatas y sus agentes y seguidores.
¡QUE DIOS NOS AYUDE A PERSEVERAR EN LA GUERRA SANTA CONTRA LA ROMA APÓSTATA Y USURPADORA!
¡NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE FÁTIMA, RUEGA POR NOSOTROS!
¡NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE FÁTIMA, RUEGA POR NOSOTROS!
Jorge Rondón Santos
13 de Mayo de 2017 (Año Mariano)
100 aniversario de la primera Aparición de Nuestra Señora del Rosario de Fátima y la consagración episcopal de Eugenio María Pacelli (Papa Pío XII, Mártir de la Fe); Fiesta de San Roberto Belarmino y Dedicación de la iglesia de Santa María de los Mártires (antiguo Panteón de Agripa)
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