Ahora
profundicemos el estudio sobre la verdad. Como expone Carlos Lasa, cada hombre
o grupo de hombres empleará su razón en conocer determinados aspectos de la
realidad, excluyéndose, es obvio, la necesidad de que todos los hombres hayan
de estar obligados a ocupar sus intelectos en conocer tal o cual aspecto de lo
real y ser, de esta manera, médicos, abogados, sociólogos o historiadores. Todo
hombre debe interrogarse acerca del principio de unidad que reúne todas las
cosas que existen.
Y es el logos,
precisamente, quien tiene la misión de recoger
o reunir. Es el logos el que da el
sentido a todo lo que existe.
La falta de
logos nos lleva a vivir en el desasosiego por el desconocimiento de la verdad,
es una forma sutil de vivir en la esclavitud y el servilismo. La falta de logos
es la diversidad, el caos.
Si el hombre
no accede a la unidad, en la actividad de la que se ocupa, solo apreciará su
dimensión utilitaria, sirve para, y pierde sentido todo, hasta
el hombre mismo.
Como la verdad
se revela ante el hombre, nuestra misión originaria no es su búsqueda, sino su manifestación. Por ello debemos sacarla a luz.
El segundo
paso, es el pensar la verdad, lo que se expresa por la contemplación.
Pero, a su
vez, ese saber originario – la verdad – es esencialmente comunitario. De ahí deviene
el quehacer académico (la teoría) que
es contemplativa y es la Filosofía.
Por todo ello de la Filosofía proviene todo
saber, aunque sea sobre un aspecto parcial de la realidad, debe ser instrumento
de la Verdad , la
Unidad
Pero, la Verdad , la Unidad por su
riqueza infinita se manifiesta y se oculta al mismo tiempo. Esto es lo que
conduce a la tarea noble de la
Universidad : la investigación.
La investigación debe seguir la huella, es
decir la Verdad.
Educar
consiste en el descubrimiento del talento. Educar no es amaestrar.
Educar
no es apropiarse de la inteligencia o de la voluntad de otra persona.
Educar es entrar en el alma y en el corazón y
llevar a los adolescentes y a los jóvenes por el difícil, pero al mismo tiempo
sublime, camino del pensamiento.
Educar es enseñar a pensar, es hacer posible
que se descubran los amores fundamentales que justifican la vida, culminar con
el descubrimiento de la verdad, del bien y la belleza.
La Universidad
debe enseñar. Ahora bien, para ello es imprescindible poseer el saber,
Todo ésto está
en total dicotomía con la ciencia moderna
y su técnica procedente;
independizadas, desintegradas alejadas de su deber natural: la
Unidad.
En la Unidad ,
sí, sólo en la Unidad , todo tiene
lógica, sentido común.
Siguiendo a Lasa,
la universidad enseña el saber básico, fundamental que es la filosofía, a fin
de que el estudiante pueda construir su propio rompecabezas convirtiéndose en
un verdadero universitario y no en un
“diversitario”.
Por todo ello
es extremadamente pernicioso el accionar de la dictadura de la ciencia y la
técnica, apartadas de los fundamentos de la Verdad. De esta manera surge en
el hombre el ansia de lo insaciable,
creciendo - siguiendo a Sáenz – extensivamente pero no intensivamente.
Crece hacia adelante, pero no hacia arriba. Crece en lo superficial pero no en
profundidad.
En síntesis,
todo diálogo, toda búsqueda de consenso será efímero, si la huella que todo lo
motiva, que todo lo mueve, no es la Verdad.
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