
Por Horacio Micucci
En el Acto oficial del día de la Independencia, en la localidad de Ceres en Santa Fe, izaron la bandera kelper de los colonialistas británicos que ocupan nuestras Malvinas.
El intendente interino, Juan Manuel Mansilla, emitió un comunicado reconociendo el hecho, pidiendo perdón y atribuyéndoselo a “Un error de protocolo y ceremonial que nos duele a todos”.
El intendente interino, Juan Manuel Mansilla, emitió un comunicado reconociendo el hecho, pidiendo perdón y atribuyéndoselo a “Un error de protocolo y ceremonial que nos duele a todos”.
No es un error. Es un hecho grave que debe ser investigado, sancionando a los responsables directos e indirectos. Es resultado de la desmalvinización que viene ocurriendo desde el Proceso hasta nuestros días y en sucesivos gobiernos gerentes de los beneficiarios de nuestra dependencia, sumisión e indefensión nacional. Una consecuencia más de esa desmalvinización.
Esta grave circunstancia se produce en un contexto donde importantes figuras, empezando por el Presidente, olvidan o cometen “errores” imperdonables sobre hechos de nuestra historia patria.
Desde el Acto oficial del 25 de mayo pasado, donde se colocó un gran cartel diciendo “25 de mayo de 1816”, a la triste frase del presidente, delante del monarca español, hablando de la “angustia de los congresales de Tucumán” al declarar la Independencia.
Desde el Acto oficial del 25 de mayo pasado, donde se colocó un gran cartel diciendo “25 de mayo de 1816”, a la triste frase del presidente, delante del monarca español, hablando de la “angustia de los congresales de Tucumán” al declarar la Independencia.
Esa actitud vergonzante ante fechas y hechos que deben enorgullecernos como argentinos, no es casual.
Se corresponde a la continua y creciente conciliación con los colonialistas británicos, y las negociaciones para establecer acuerdos de cooperación militar con ellos.
Se corresponde con la vigencia continuada de los Acuerdos de Madrid y Londres, verdaderos estatutos de nuestra indefensión nacional.
Se corresponde con la línea diplomática de conciliación con los británicos en particular y con distintos imperialismos que se disputan el mundo, en general. Y con una línea de destrucción de la Defensa Nacional, de desguace de lo que queda de la Industria para la Defensa, de la destrucción de la Argentina Tecnológica y Científica, para convertirnos en lo que el Presidente propone: “ser el supermercado del mundo” que sólo necesita “guardias” para proteger las góndolas de los hambrientos que los sucesivos “modelos” generan.
Se corresponde, coherentemente con lo anterior, con la intención gubernamental de hacer de las FFAA una policía interior, para perseguir al único enemigo de este Proyecto de Dependencia: los patriotas y el pueblo que se oponen a la entrega. O sea, la vuelta a la Teoría de la seguridad Interior y el enemigo Interno que ya fueron tristemente aplicadas en nuestra Patria.
No es un error.
Es un fruto más de una línea de genuflexión constante que pretende poner a Argentina de rodillas.
Es un fruto más de una línea de genuflexión constante que pretende poner a Argentina de rodillas.
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