El cardenal Turkson llama “gran testigo” a la homosexualista Greta Thunberg
Por Carlos Esteban | 16 diciembre, 2019
Si el Papa llamó al heresiarca Lutero “testigo del Evangelio”, suponemos que un simple cardenal puede referirse igual a una niña atea, homosexualista y radical como Greta Thunberg.
Greta Thunberg es “un gran testigo de lo que la Iglesia enseña sobre el cuidado del medio ambiente y el cuidado de la persona”, ha declarado a la prensa el cardenal Peter Turkson, prefecto de la Oficina del Vaticano para el Desarrollo Humano Integral, un dicasterio creado por el Papa Francisco en 2017 para asumir la responsabilidad de “asuntos relacionados con los inmigrantes, los necesitados, los enfermos, los excluidos y marginados, los encarcelados y los desempleados, también como víctimas de conflictos armados, desastres naturales y todas las formas de esclavitud y tortura”.
Objetivamente, parece que Greta es una niña sin especiales cualificaciones a la que se debería aconsejar que fuera a clase -algo que se insiste con todos los demás niños de su edad- en lugar de pasearla por todos los foros internacionales como si fuese una lumbrera. Cualquiera podría deducir que es víctima de abuso psicológico por parte de sus padres y de una camarilla de intereses, como también es transparente que su mensaje de ‘apocalipsis climático’ va mucho más allá del interés por el destino del planeta y abarca desmantelar el capitalismo y el sistema ‘heteropatriarcal’.
Pero en el Vaticano, en un seguimiento algo servil de la opinión de los poderes seculares, parecen apuntarse por la popularidad (y la irresponsabilidad), jaleando y ensalzando una figura cuya visión es de todo punto incompatible con la católica.
Primero fue el Papa, que le dijo en un encuentro afortunadamente breve que siguiera con lo suyo (es decir, sin ir al colegio), y ahora es Turkson el que se sube al carro de las alabanzas hiperbólicas a la sueca, en ese caso de modo bastante irreverente.
“¿Cuál es su objetivo? Saltarse la escuela para (lograr) un futuro, un futuro que no se puede garantizar porque no se cuida el medio ambiente”. No hace mucho, ni a un católico del montón se le hubiera dejado pasar una declaración pública con tan pésima teología, que parece insinuar a) que si el objetivo es puro y noble, los medios son lo de menos y b) que existe alguna relación causal entre dejar de ir a clase y “cuidar el medio ambiente”.
El cardenal relacionó el amor de Dios con el cuidado del medio ambiente y los demás seres humanos y dijo que Greta “protesta y su testimonio llama la atención sobre la gran necesidad de ser coherentes en nuestro cuidado del medio ambiente y también de las personas que viven en la tierra”.
Los deseos de atraerse las simpatías del mundo ‘bautizando’ con más entusiasmo que sensatez todos sus caprichos ideológicos empiezan a ser de vergüenza ajena.
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