viernes, 6 de mayo de 2022

MEDITANDO LA VIDA EN LA ARGENTINA

 


DISTRIBUIR EN ECONOMIA IMPLICA ESTAR MOLDEADO EN  VALORES

Ante la grave situación sistémica que atraviesa nuestra querida Patria, iré mezclando artículos que hacen a la crisis de fondo – internacional – con la crisis terminal de la Argentina.

Es estos momentos no tiene sentido hablar de educación, de seguridad, y otras vicisitudes importantes.

El momento es lo urgente, la economía. Lo he analizado muchas veces, corresponde avanzar sobre la indolencia de la dirigencia política y el pensamiento económico aceptado por todos, que nos hunde en una crisis de graves consecuencias.

La llamada “pandemia” fue un tiempo oportuno para someter a los argentinos con un encierro que jamás fue explicada fehacientemente, eliminó las libertades individuales, y abrió camino a esta perversa concentración en empresas multinacionales que se amalgaman en bancos, producción, servicios, “salud” y otros.

Así fueron cayendo uno a uno la mayoría de nuestros pequeños empresarios, comerciantes, artesanos y otros, ante la complicidad de quienes desde hace décadas vienen facilitando esta destrucción de la economía nacional.

Estamos llegando a un punto de inflexión que no permite dislates, y se debe llegar al fondo de la cuestión: “distribución de la riqueza”.

Este es el punto a resolver para sacar a luz las miserias que nos agobian.

El hombre es la razón de ser de la economía. Sin el hombre la economía no existiría.

Es el hombre el responsable de trasformar la creación, dada por Dios, hacerla fructificar para crecer en bienes y servicios, a través de la sabiduría, la ciencia y la técnica, para que el mundo cada día tenga más seres humanos hechos a imagen y semejanza de Dios.

Las necesidades son el fin inmediato y los bienes el medio mediato para alcanzar tal fin.

Y esta relación puede ser equilibrada o desequilibrada.

Cuando hay consumo hay equilibrio, priva la indefinición de las necesidades, los bienes se adecuan a las mismas. El hombre afianza la felicidad temporal.

Cuando hay consumismo, el desequilibrio es creciente, la concupiscencia invade la esencia del hombre y la intención de consumo se vuelve infinita produciendo un grado de insatisfacción permanente en el hombre.

La vida económica transita entre la producción, la distribución y el consumo.    

Para finalizar con esta introducción es esencial diferenciar las distintas concepciones de la economía, las que en síntesis, se reducen a dos alternativas.

No hay más, o es una otra es otra alternativa.

Una por el bien del hombre, la otra por la dominación y esclavización del hombre.

La primera es natural, simple, sencilla, orgánica, eficaz y eficiente, Permite el desarrollo humano fundado en valores, impregnada de soberanía sostiene el avance radiante de los países unidos en relaciones fraternas.

La segunda, ha sido desde hace siglos, con variantes, el arma de los malignos para lograr sus objetivos protervos.

Y en ese juego perverso, en una ideologización inventada por los poderosos, insertan alternativamente liberalismo y marxismo.

No seamos ingenuos, ambas diatribas sirven para embaucar cándidos, se van sucediendo ambas maldiciones, hasta que al final el triunfo del Bien sobre el Mal derrame sobre la tierra un manto de Verdad.

Por supuesto esta ideologización proterva no es solo económica, abarca todos los ámbitos de la vida y su objetivo final es la destrucción y desaparición de Dios y del hombre en definitiva.

                                                                                                  RobertoE. Franco

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