lunes, 18 de julio de 2016

Naturaleza de una ciudad autosustentable: Gualeguaychú

En el primer artículo, publicado anteriormente hacíamos referenca a la problemática de las grandes ciudades en América Latina, gracias a los trabajos de Walter Moore, en ésta oportunidad delineamos la problemática de ciudad intermedias como nuestro Gualeguaychú.
II. Naturaleza de una ciudad autosustentable
Analizada la problemática de las grandes ciudades, trataré de incursionar en el estudio específico del devenir histórico socioeconómico de Gualeguaychú y su comportamiento. Es, sin dudas, el mismo que el de muchas ciudades con más de 100.000 habitantes de la Argentina.
Su análisis abarca un periodo prolongado de tiempo. Varias décadas son tenidas en cuenta incursionando en distintas facetas del quehacer comunitario.
Para ello tenemos en cuenta los desarrollos filosóficos y económicos de muchos pensadores que aviesamente han sido silenciados por ser opuestos a los intereses pérfidos  de la usura y del poder mundial.



Para comprender objetivamente que es lo que sucede en la vida comunitaria es imprescindible indagar en lo la más profundo de la trama social.

Pese a que la globalización quiere destruir la trama social a efectos de someter los seres humanos a una esclavitud sin fin, reiteramos en el gráfico precedente cuales son las premisas básicas del hombre, la comunidad y la familia.
El hombre, la familia y la comunidad constituyen una identidad profunda en toda sociedad orgánica. Si el escenario es propicio – similar al del gráfico precedente – la convivencia y el buen vivir se acrecientan y las falencias en los distintos órdenes se miniminizan y pasan desapercibidas.
Las comunidades orgánicas tienen la ventaja de ser propicias para la convivencia y la consubstanciación de la solidaridad y el bien común como vemos en los gráficos siguientes



Lo esencial es el respeto al orden natural.

La subsidiariedad y el supletoriedad son dos miradas esenciales logradas en este estado social.


Por el contrario en la sociedad inorgánica se produce un desequilibrio que afecta la viabilidad armónica de todos los integrantes de la sociedad.

Si el escenario no es propicio se deteriora en la comunidad el orden social, y las falencias de una sociedad inicua se hacen realidad.   
Entrando en el ámbito específico de lo económico y social explicaremos la gráfica siguiente:






La producción deviene de las actividades económicas, primaria (campos, huertas, minería, etc.), industrial (procesos de transformación), comercial (venta de productos terminados) y servicios (prestaciones inmateriales: telefonía, salud, talleres, etc,).



La producción obtenida y liquidada se distribuye (proceso más intrincado de la economía) entre las retribuciones de los factores productivos mencionados anteriormente.
Los factores productivos que llevan a cabo las actividades económicas definidas precedentemente, una vez lograda la producción, se distribuyen entre sí lo elaborado. A la naturaleza le corresponde la renta, al trabajo el salario, al capital el interés y el empresario el beneficio.

En el gráfico precedente se detalla con claridad las actividades económicas, los agentes y factores productivos y la retribución de los mismos.
Es importante fijar que de la conjunción de agentes y factores productivos a través de una función de producción surge el producto bruto interno, el cuál luego es distribuido.
Es inadmisible que las comunidades no elaboren esta variable económica, a partir de la cuál se pueden llevar a cabo todas las predicciones y proyecciones posibles por el buen vivir de la comunidad.
Entre ellas, la eficaz posibilidad de emitir una moneda comunitaria que supliría las falencias de la moneda oficial que aviesamente es manipulada por los bancos.
Los economistas exhibidos al comienzo, humanistas y defensores de la economía orgánica han luchado con ahínco en defensa de las monedas comunitarias expresadas en relación al producto bruto interno. Pero claro, el imperialismo internacional de la usura los silencia de los medios y las universidades y ante la desidia de directores y docentes de dichos claustros de estudio, sigue esta rueda de dominación.
No caben dudas que estas políticas económicas solidarias constituyen la alternativa más elocuente para paliar la pobreza, de la cuál tanto se habla y tan poco se hace.
Son la herramienta idónea para las universidades católicas, pues se adaptan fielmente a la Doctrina Social de la Iglesia, y coadyuvan a la morigeración de la pobreza desde distintos puntos de vista: economía humana, frugalidad en el consumo, educación en la verdad, diversificación de actividades humanas culturales, sociales y religiosas, y por último, educar para hacer fructificar el bien.
¿Basta de capitalismo económico en las universidades católicas!
Muchas veces he propuesto el debate sobre estas realidades pero, oprimidos con las anteojeras de lo económicamente correcto nadie acepta el desafío, y se siguen dilapidando recursos en programas sin ningún tipo de significado. 
En próximas presentaciones ahondaré sobre el estudio de la viabilidad e infinitas virtudes de las monedas comunitarias.  
Todo intento de suplir la carencia de moneda con cooperativas o mutuales que operan con la misma moneda que nos oprime no es más que un intento falaz y demostrativo de la ignorancia inserta en el tema de las finanzas, expuesto por seudos economistas carentes de creatividad y motivados por la enseñanza truncada de todas las universidades argentinas 
En este punto es imprescindible hacer un paréntesis, afín de incursionar en un tema  que es omitido por ignorancia o por malignidad por la pléyade de economistas del sistema, liberales y marxistas.
En la distribución se produce una distorsión grave en lo que hace a la retribución de los factores productivos.
Reitero, no he visto ni he leído en la Argentina un  economista – salvo Héctor Giuliano sobre deuda externa – que pueda expresarse en los medios de comunicación si no está de acuerdo con este engendro del imperialismo internacional de la usura.
La distorsión en lo que hace a la retribución de los factores productivos está dada por el hecho delicado de la concentración de las actividades económicas.
La globalización fue el incentivo ideado perversamente desde hace más de cincuenta años.
Gualeguaychú, indudablemente es un ejemplo de esta problemática, pues ninguna ciudad de ningún país puede escapar a este engendro tramposo orquestado por el imperialismo internacional de la usura. 
Desmenuzaré seguidamente las implicancias de la distribución del producto bruto interno y el influjo perverso de las finanzas en todas las actividades productivas.
Todos los datos exhibidos son llevados a cabo por investigaciones del Centro Julio Irazusta Gualeguaychú sobre los residentes de la ciudad.

En el gráfico precedente se analizan someramente todos los pasos correspondientes al proceso productivo: producción, distribución y consumo. Todo ello está propagado por el hálito invisible de las finanzas.
En el gráfico siguiente observamos con claridad como la incidencia de las finanzas y los beneficios de las grandes empresas influyen en el costo de producción y por ende en el precio de venta. 

La producción es llevada a cabo por las actividades económicas: primaria (extracción), industrial (transformación), comercial (vender productos en el mismo estado en que se adquieren) y servicios (prestaciones inmateriales).
Esa producción obtenida (en esta caso el producto bruto de los residentes de Gualeguaychú), se distribuye entre los agentes de la producción: trabajo (cuya retribución es el salario), empresario (cuya retribución es el beneficio); y los factores de la producción: naturaleza (cuya retribución es la renta) y el capital (cuya retribución es el interés). 
Este proceso finaliza con el consumo que está acotado a las familias que conviven en la comunidad.
Ese consumo se compone del salario, y una parte mínima de la renta de la tierra. El beneficio del empresario como el interés del capital tiene otro destino que no es precisamente el consumo.
Al mismo tiempo podemos afirmar que, como la masa salarial constante en 22 años, ha perdido representatividad en la distribución de un  49,2 % a un 33,7 %, se reduce considerablemente por la vía económica pura, la adquisición de bienes y servicios.








En este punto se observa un primer inconveniente que se agiganta día a día.
Si estos datos los maximizamos a una Nación (la comparación es válida), se determina que cada vez hay menos dinero para adquirir los bienes producidos.  
Esto se ve agravado considerablemente por lo que consideramos consumo exportado, es decir el consumo succionado por los emporios multinacionales que absorben aproximadamente un 75 % de dichos ingresos.
Otro dato relevante es analizar la evolución del producto bruto interno en un período de 23 años. Lo valores están a precios constantes, por lo que es importante tener en cuenta la trascendencia del producto bruto interno excluido, es decir aquel que sale del circuito comunitario.






En el gráfico siguiente se ajustan los valores del producto bruto interno en base a la inflación determinada por índices propios.



En el gráfico siguiente se demuestra una nueva anomalía de lo dicho anteriormente.   
Otro dato importante a tener en cuenta es la evolución de las actividades económicas en un período de 30 años. En el total el número permanece constante. Hay una fuerte caída de los comercios – 33,3 % - y un incremento de los servicios – 250% - en tanto que las industriad disminuyeron en un 40 %.   
Para continuar con este análisis, es importante analizar una nueva variable. El consumo anual en Gualeguaychú en relación al producto bruto interno.









El consumo anual tiene – en los años considerados – una importante participación, pero de ese consumo la ayuda social representó:
2009      71,9 %
2010      60,0 %
2014      65,2 %
Estos porcentajes son indicativos de una fuerte participación del Estado a fin de subsanar el problema de la concentración del producto bruto en retribuciones que no participan del consumo.
Al mismo tiempo el porcentaje del producto bruto interno que es extraído del consumo es el siguiente: 
2009          57,9 %
2010          62,3 %
2014          60,9 %
En estas dos tablas se observa claramente que con una distribución justa y equitativa, se podría morigerar el problema de la pobreza y la equidad en la vida comunitaria.
Lo que el Estado invierte en ayuda social – con endeudamiento externo - bien podría ser derivado de las brutales ganancias del sector financiero.
                                           Ayuda social/Interés
     2009                                          153,0
     2010                                          102,0       
     2014                                          119,6
En esto años considerados, observamos que, salvo el año 2009 donde la ayuda social superó considerablemente al interés, en los otros años considerados hay cierto equilibrio entre la ayuda social –deuda externa – y el interés del capital.





Por ello, más que nunca es imprescindible valorar el Crédito Social y el Distributismo, entre otras variables, que generarían un enriquecimiento de las actividades comunitarias, al tiempo que la escasez de moneda dejaría de ser una realidad, y el endeudamiento en las cuevas financieras desaparecería.
Pero lo más importante: es errónea e insostenible  la lucha utópica por el pleno empleo.
En primer lugar porque la máquina reduce las actividades laborales y aprovechadas con buen criterio mejoran el buen vivir de la comunidad.



Y en segundo lugar, por que hay infinidad de actividades comunitarias, llenas de significado para el hombre, pero que no se pueden llevar a cabo porque la moneda, manejada dictatorialmente, escasea causalmente.

Por ello, siguiendo el dictado de la Doctrina Social de Iglesia, y en tiempos de tantos cambios – la mayoría injustificados – se debería incursionar en el apoyo de medidas y tareas visionarias que incluyen un acicate a iniciativas comunitarias como son las monedas comunitarias, la expansión de tareas solidarias y muchas otras que en estas condiciones son imposibles porque el empleo actual desarrolla el individualismo y esclaviza al consumo, y lo que es más grave separa al hombre cada vez más de la vida espiritual en la búsqueda de Dios.

Apéndice 1:
En cuatro gráficos sucesivos detallaremos la evolución del producto bruto interno de los residentes de Gualeguaychú, su incidencia en el ingreso de las familias y el consumo emergente de esa situación. 
Los años analizados son 1991, 2009, 2010 y 2014.








En los gráficos precedentes se observa sucesivamente, sobre todo, si se comparan 1991, y 2014 – casi cuarto siglo – la manera en que la producción originada en es extraída de la vida comunitaria, afectada a otros destinos totalmente discordantes con el destino y distribución que deberían tener los bienes.

Nota: en la tercera nota presentaremos varias alternativas en vías de solución del problema más afligente en el mundo actual: el dinero y las finanzas


1 comentario:

  1. Mi ilustrado amigo, no se gaste tanto en analizar esta decadente sociedad que encabeza el descerebrado major, le falto analizar el nivel de putrefacción producto del no menos miserable festival carnestolendo que auspician los conspicuos seguidores del mutante gobernante...

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