martes, 2 de junio de 2020

Rector de seminario acusa a Fco de hereje junio 02, 2020

Rector de seminario acusa a Fco de hereje



De la web liberal religiondigital.

¿Es concebible, eclesialmente hablando, que el rector de un seminario mayor, donde se forman los aspirantes a curas, pueda firmar un manifiesto en el que se acusa al Papa reinante de 'hereje'? Parecería todo un despropósito y un desacato a la autoridad, tanto del firmante como del obispo que lo mantiene en su puesto. Pues no se trata de ciencia-ficción eclesiástica. El actual rector del seminario de la diócesis de San Sebastián, Pablo Ormazabal Albistur (Beasain, 1973), firmó el día 13 de noviembre del año 2019 el manifiesto titulado 'Contra recentia sacrilega' y subtitulado 'Protesta contra los actos sacrílegos del Papa Francisco'. Han pasado seis meses desde entonces y el rector sigue en su cargo y su obispo, Ignacio Munilla, no le ha destituido.

El rector del seminario donostiarra firmó un manifiesto en el que, entre otras muchas cosas, se dice: “Nosotros, los abajo firmantes, clero y estudiosos laicos católicos, protestamos y condenamos los actos sacrílegos y supersticiosos cometidos por el papa Francisco, sucesor de Pedro, en relación con el reciente Sínodo de la Amazonía que ha tenido lugar en Roma”. Y se hace un amplio elenco acusatorio de los supuestos actos sacrílegos: Desde adorar a la Pachamama hasta la profanación de la tumba de San Pedro.

Más aún, suplican a Dios que no condene al Papa y le piden que se arrepienta públicamente y que repare las ofensas. “Con inmenso dolor y profundo amor por la Cátedra de Pedro, rogamos a Dios Omnipotente que perdone a los miembros culpables de su Iglesia en la tierra, librándoles del castigo que merecen por estos terribles pecados. Pedimos respetuosamente al papa Francisco que se arrepienta públicamente y sin ambigüedades de estos pecados objetivamente graves, y de todas las ofensas públicas contra Dios y la verdadera religión, y que haga acto de reparación por tales ofensas”.

Entre los firmantes, los jefes de filas del sector más ultra de la jerarquía, capitaneado por el cardenal Müller y por el ex Nuncio Viganó, junto a conocidos obispos, como monseñor Schneider, teólogos, sacerdotes y laicos de la galaxia rigorista, como el periodista italiano Marco Tosatti.

Los curas donostiarras están “escandalizados” ante el comportamiento del rector del seminario, que, a pesar de haber nacido en Donostia, está incardinado como sacerdote en la diócesis de Alcalá de Henares. Pero más indignados todavía con la complicidad y la dejación de funciones del obispo diocesano, que mantiene a Pablo Ormazabal en su puesto (uno de los más importantes y delicados de cualquier diócesis) en contra del criterio de más del 90% del presbiterado diocesano.

Los curas y los laicos le reprochan, sobre todo, que siga manteniendo como rector del seminario diocesano a un cura “importado” y ultraconservador en tiempos de un Papa abierto, que quiere reformar la Iglesia y hacerla un “hospital de campaña”. Todo lo contrario del padre Ormazabal, amigo de los círculos más ultras de la Iglesia y que, además, se atreve a escenificar públicamente su falta total de sintonía con Francisco.

Sin importarle lo que pueda decir el presbiterio diocesano, aunque sabe que no comulga con sus ideas ultras, aplicadas a la formación de los futuros curas. Pero Ormazabal no se inmuta: “Luego me dirán que soy un conspiranoico bla bla...tengo mis cosas, pero suelo juzgar la realidad en base al principio de causalidad”.

Ordenado sacerdote en 1997, Pablo Ormazabal se formó en la Universidad de Navarra del Opus Dei, formó parte del grupo kerigma vinculado a los Kikos, es partidario de la misa tradicional tridentina y de las asociaciones que la promueven y presume, incluso, de ser amigo de Miguel Ángel Barco, el también sacerdote alcalaíno, que estuvo destinado en Zaragoza, que fue secularizado por el Vaticano y que acusa al cardenal Omella, presidente del episcopado, de urdir todo un plan maquiavélico para echar de la archidiócesis aragonesa a Manuel Ureña, el anterior arzobispo.

En su cuenta de Twitter, que alimenta asiduamente con más de cuatro tuits al día, Ormazabal plasma abiertamente sus filias y sus fobias eclesiásticas. Entre las filias, los católicos tradicionalistas, cercanos a Lefebvre, de los que recoge esta afirmación: “Los católicos que se mantiene fieles a la Tradición, aún si se reducen a unos pocos, con la verdadera Iglesia de Jesúcristo”. En varias ocasiones, tuitea y retuitea la misa 'Ad Orientem', es decir la misa en latín y de espalda a los fieles. O recomienda libros como éste: 'Redescubriendo la santa misa tradicional en latín'

También se hace eco de todos los manifiestos del ex Nuncio Viganó, que ha repudiado al Papa en varias ocasiones y de los cardenales antiFrancisco, como Burke, Müller o Sarah. O se hace eco de las soflamas del cura Santiago Martín, que arremete sin parar con toda lo que huela al Papa Francisco.

Y por supuesto, enlaza a las publicaciones rigoristas españolas, como Infocatólica e Infovaticana, o la americana 'LifeSite Catholic', que se caracterizan por arremeter sin piedad contra todo lo que huela a Francisco y contra los obispos, incluso moderados, que muestren las más mínima simpatía por el Papa reinante, descalificando con bulos, mentiras y medias verdades a los cardenales de Madrid y Barcelona, con auténticas campañas de 'agip trop' contra ellos.

Y, por supuesto, también aparecen a menudo sus simpatías políticas hacia la galaxia Vox y todos sus aledaños. Eso sí, como suele ser habitual en estos casos, el rector 'talibanizado', después de firmar el documento contra el Papa, se atreve a decir en un tuit: “jamás me verá abanderando un ataque contra el Santo Padre. Porque soy hijo de la Iglesia”.

Aunque a tuit seguido destapa, indirectamente, el tarro de las acusaciones antiFrancisco, mientras asegura que, aunque no le gusta, sigue siendo el Papa. “Que haya cosas de este Pontificado que nos disgusten/horroricen/escandalicen/...no significa que Fco no sea Papa. Parece que para algunos el que no lo fuera les tranquilizaría, pero no es así. Él es el Papa”.

Es decir, el rector del seminario de San Sebastián no es sedevacantista (la corriente que sostiene que la sede de Pedro está vacante, porque Francisco es un papa ilegítimo), pero reconoce que hay cosas del Papa actual que no sólo le disgustan, sino que lo horrorizan y lo escandalizan. Y a los tres verbos reprobatorios siguen puntos suspensivos que no parecen apuntar hacia alabanzas papales.

“¿Cómo es posible que un cura así tenga a su cuidado y bajo su autoridad y discernimiento la formación de los futuros sacerdotes?”, se preguntan numerosos curas y fieles donostiarras. La respuesta está en el viento: “Todo es posible en el reino de monseñor Munilla”, que, al parecer, está a punto de finiquitar.

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