jueves, 9 de enero de 2020

El desmelenado presidente Donald Trump y la crisis iraní - Luis Alvarez Primo







Lo que sigue es una breve síntesis de los conceptos expresados por el Dr. E. Michael Jones a la televisión iraní   en una entrevista de Press T.V. en ocasión de la crisis en curso entre EE.UU. e Irán.

 La ‘hybris’ del Comandante en Jefe de la FF.AA. norteamericanas y ‘twitero’ jefe de la diplomacia norteamericana, Donald Trump, manejado por el lobby israelí en los EE.UU.  lo ha llevado a extralimitarse  con un acto criminal  de guerra en violación de todas la normas del derecho internacional.

La gravísima crisis entre los EE.UU.  e Irán precipitada por el asesinato del prestigioso General Soleimani, acción desmesurada, desproporcionada, criminal e ilegítima que ha puesto al mundo al borde de una nueva guerra, tiene una causa inmediata y una causa lejana.  La causa lejana es el imperialismo norteamericano que en relación a Irán data de 1953 cuando la CIA de los EE.UU. y el M16 británico impulsaron el golpe de estado que removió el gobierno legítimo de Mossadegh e instaló en el poder al Sha Reza Palevi. La causa inmediata tiene su origen en la renuncia al acuerdo nuclear entre la República Islámica de Irán y los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y la Comunidad Europea por parte del Gobierno de Donal Trump, a instancias del lobby judeo-israelí en los EE.UU. que busca precipitar una guerra con Irán para servir los intereses geopolíticos imperialistas de Israel.


Los verdaderos responsables de esta política belicista criminal estadounidense son cuatro judíos sionistas: Los ricos financistas Sheldon Adelson, Bernard Marcus y Paul Singer, principales aportantes del Partido Republicano y de la campaña de Trump. El otro es el fanático sionista Benjamin Netanyahu, Primer Ministro de Israel, quien dice a los norteamericanos “yo les tengo el saco mientras ustedes pelean”.


Un factor humano psicológico habría contribuido a precipitar la situación: es el hecho de que Trump, superado por el stress, las tensiones y las presiones de su entorno belicista, que no lo justifican en absoluto, lo han precipitado a la gravísima decisión criminal que tomó, y que, además, parece empeñado en profundizar cuando ‘twitea’ que “tiene identificados 52 sitios culturales” de Irán para atacar en caso de una represalia Iraní. Ese entorno belicista (‘warmonger’) del llamado ‘Deep State’  (estado profundo) vive de y para la descomunal maquinaria de guerra estadounidense.  La red mediática judía mundial acompaña batiendo el parche con el tema de la presunta y eventual represalia iraní con el fin de azuzar al león herido para que reaccione y se precipite en una guerra de consecuencias destructivas jamás vistas dada la sofisticación tecnológica militar alcanzada.

La táctica ya conocida de los belicistas judeo-estadounidenses va desde la mentira, las falsas denuncias y la abierta provocación hasta el operativo de ‘falsa bandera’ para provocar una reacción precipitada e inmediata que luego los justifique, tal como se vio en estos años en Iraq, Siria y otros lugares del mundo, sin excluir la Argentina.

Irán, una nación con una civilización de más de 2500 años, debería evitar precipitarse ante esta provocación, con una reacción y una represalia que tendría gravísimas consecuencias para su propio pueblo en particular y para el mundo en general. La alternativa, por ingenua que parezca, es que la acción criminal de Trump y su Gobierno sea sometida a los procedimientos políticos y legales previstos por el sistema constitucional de los EE. UU y el concierto internacional para resolver este delicado asunto.  Si Irán resiste la tentación de una represalia inmediata, el propio pueblo norteamericano probablemente no tolerará más y removerá a un presidente extraviado y alucinado en el poder. 


Luis Alvarez Primo



Nacionalismo Católico San Juan Bautista

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