“Están locos estos romanos”, decía Ásterix…
– PRIMER ACTO: en plena Cuare-terna, el gobierno italiano dice que se abrirán los comercios pero que las Misas, nada…
– SEGUNDO ACTO: los obispos italianos protestan con un duro comunicado
– TERCER ACTO: Francisco pide «obediencia» y «prudencia».
“¿Cómo se llama la obra?”
“Bienvenidos a la Misa del Duce”
– “¿Cómo?”
Sí. Oiga… Según ha indicado el Ministerio del Interior italiano, se tomarán las siguientes medidas –entre otras– para que «las celebraciones litúrgicas se realicen de la manera más segura para la salud pública y la protección de los fieles»:
– Los fieles deberán estar «al menos a un metro de separación” (nada de estar “agarraditos” ni apretaditos en Misa…).
– “Se invita a las parroquias a dar un mayor número de misas” (chau a la concelebración).
– El celebrante usará guantes y, al dar la comunión, “evitará entrar en contacto con las manos de los fieles” (es decir: estos fachos nos darán la comunión en la boca… ¡si hasta quizás, hagan que nos arrodillemos para estar a un metro de distancia!).
– “No se permite un coro” (¿cómo? ¿nada de “Resucitó”, al ritmo del “Despacito” de Fonsi? ¿nada de las hermosas canciones melosas de los ‘70?”).
– “No se intercambiará el signo de la paz” (¿no será que querrán imponer el saludo romano?).
Basta Señor. ¡Es demasiado! No sea cosa que termine todo esto y lo nombren Papa a Sarah diciendo que los africanos ni se contagian…
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
PD: modo ironía, ON
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