Del libro: Advertencias desde el más allá (Infierno) a la Iglesia contemporánea
[Confesiones del Infierno] Un texto literal de las revelaciones hechas por los demonios - Belcebú, Judas Iscariote, Akabor, Allida, y Veroba en una serie de exorcismos' de 1975 a 1978
E: ¡Di la verdad, en el nombre...!
J: Los sacerdotes deben volver a ponerse sus ropas negras. Ya hemos tenido que decirlo antes; algunos de los demonios humanos lo dijeron. Cuando un sacerdote sale vestido de civil, con una camisa de cuello abierto - o usando una corbata para el caso - entonces nadie sabe si es un reportero...(se ríe irónicamente)...un diplomático, o un vicepresidente ejecutivo (risas a carcajadas), o un conferenciante o algún otro imbécil merodeando por ahí buscando un "buen rato", una juerga romántica. Eso encaja en el cuadro, encaja en el cuadro (sigue riendo con una alegría malvada)
E: ¡Di la verdad, Judas Iscariote, por orden de la Santísima Virgen, di lo que ella quiere decir!
J: ¡En su sotana sacerdotal, su traje...! No sé cómo decirlo. Tomemos, por ejemplo, a los benedictinos. El hábito de San Benito todavía le quedaría a muchos sacerdotes mucho mejor que la ropa secular, que nunca podrá presentar el imago que debería presentar. O veamos el hábito de San Francisco con su capucha. ¿Cuántos laicos pensarán mejor con sólo ver este hábito, incluso a la distancia? No tiene por qué estar necesariamente al lado.
¡Cuántas veces la salvación de un alma se ha hecho más fácil a través de este tipo de cosas! Mucha gente se dio cuenta de que todavía había muchos sacerdotes y que Dios debe existir a pesar de todo. De lo contrario, esos hombres no llevarían ese hábito.
E: Sigue diciendo la verdad, en nombre de la Santísima Virgen, di lo que tengas que decir, lo que la Santísima Virgen te mande decir, ¡nada más que la verdad!
J: Y luego (la persona) se dice a sí mismo: "Si realmente hay un Dios, tal vez podría entrar en mí. ¿Qué debo hacer?" Entonces eso trabaja toda la noche en el alma de este individuo y, al final, encontrará el camino que llevará hacia un religioso correctamente vestido, ya sea un hombre con una sotana negra o un sacerdote con el traje fluido de un benedictino... no sé el nombre correcto para todas estas cosas.
Si eso ocurriera, sería una maravillosa suerte para usted y para el mundo entero. Sería una tremenda ventaja para las almas. Miles y miles de almas se salvarían sólo por eso. ¿Cuántos hombres y mujeres, dondequiera que estén, dondequiera que vayan, en trenes, en lugares públicos, se sentirían mejor, menos descuidados -digamos-, cambiarían su comportamiento (él permanece en silencio
E: ¡Di la verdad, Judas Iscariote! ¡Di lo que la Santísima Virgen te manda a decir, y nada más que la verdad, en el nombre...!
J: Cuántos rayos benéficos (de gracia) bajarían entonces directamente al alma de estas personas cuando piensan: "Es un sacerdote; representa la Bendición Divina, el Santísimo Sacramento, tiene todo el poder". Dios debe estar de pie justo detrás de él; además, no podemos hacer nada sobre el hecho de que un día tendremos que morir..."
Sería bueno que las cosas fueran así, como acabo de decir. Lo repito una vez más, porque...
E: Di la verdad, Judas Iscariote, ¡di lo que la Santísima Virgen te manda decir! Lucifer, no tienes derecho a impedir que Judas Iscariote hable, o a molestarlo, en nombre...!
J: ...porque es espantoso cuando una mujer en minifalda se sienta frente a un sacerdote con vestimenta secular y no sabe que es un sacerdote. Ella ve por la mirada de él o por su porte general, que debe ser alguien muy importante. Lo siente de cierta manera y trata de acercarse a él. Eso no sucedería si llevara la sotana o el hábito religioso. Cosas como esta ya han llevado a muchos sacerdotes por el mal camino, los han llevado a casarse, y a abandonar su papel de sacerdotes. La Iglesia Católica está en un muy mal camino. Ha tocado fondo.
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