Sado-Masoquismo católico. La semana pasada, Francisco escribió una carta al arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, presidente del Episcopado Mexicano, con motivo del Bicentenario de la declaración de Independencia de México. En un párrafo, Francisco incurrió en el habitual sadomasoquismo católico. Mirando la historia de México, habla de "purificación de la memoria", reconociendo "los errores cometidos en el pasado" que han sido "muy dolorosos". Pide "perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización."
No es amigo de la verdad. A muchos comentaristas no les gustaron estas palabras. Carlos Colón acusó a Francisco en el Diaro de Sevilla de juzgar el pasado -o más bien una leyenda negra del mismo- con criterios del presente. Acusó a Francisco de no hacer ni una sola alusión a los frutos de la evangelización y le dijo que el afán de llevarse bien con los que están en el poder y lo políticamente correcto no son amigos de la verdad.
Cobardía. Francisco Marhuenda dijo a Francisco en La Razón que "aceptar el revisionismo histórico es una cobardía moral e intelectual". Llamó a Francisco el "Papa peronista que cuestiona la extraordinaria labor evangelizadora realizada por España." Para Marhuenda, la Iglesia de Francisco no es la Iglesia que defendió la fe y la verdad frente a la persecución de los emperadores romanos, los comunistas o los nacionalsocialistas.
Specola señaló en InfoVaticana.com que América es el continente con mayor número de católicos del mundo debido a la inmensa labor evangelizadora de España y Portugal. Cita: "Debe haber algún mérito en esto". Y: "Estamos ante la esperpéntica historia de un Papa argentino, de origen italiano muy cercano, pidiendo perdón a un presidente mexicano, con abuelos españoles, por la conquista española de hace cinco siglos".
Pablo Molina escribió en Libertad Digital el artículo "La desgracia de tener un Papa tonto" en el que afirmaba que "Bergoglio ha tenido a bien pedir perdón a los mexicanos, no por ser el Papa más ridículo de la historia de la Iglesia, sino por los pecados personales y sociales perpetrados por los españoles en la conquista y evangelización de América, una de las empresas civilizadoras más formidables de la historia de la humanidad".
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