domingo, 28 de enero de 2024

AMIGO: RECORDARTE ES UN SOSIEGO PARA EL ALMA

 


 



Un mes, treinta días querido amigo, y tu recuerdo anima mi esforzado caminar.

Hay algo que no entienden los mortales. Hablan de un dolor temporal que "ninguna bendición futura podría equilibrarlo" sin saber que el cielo, una vez que se lo ha obtenido, trabaja hacia atrás y convierte en gloria cada sufrimiento.

¡Valla si lo tienes ganado amigo, y eso me consuela!

Cuando se acorten los días juntos a mi sombra 

Y en mi alma caiga sangrando el atardecer

Yo levantaré los ojos pidiendo al cielo

¡Volverte a ver . . .  volverte a ver!

Hubo un niño que vino a este acongojado mundo, no hace mucho, y regresó. Lo llamábamos Blas. En su vida terrenal le apasionaba la perseverancia y el buen combate. Produjo una estantería de videos sobre sus temas favoritos. Aunque cueste creerlo, la filosofía preñaba sus pensamientos. Atrapaba con sus ideas. Marchaba con sus sueños y con sus viajes imaginarios.

Enloquecía si se encontraba con alguien que se interesaba en sus quimeras eternas. Bien, a su debido tiempo se fue en busca de alivio a su atormentado cuerpo. Ningún poder de este mundo pudo lograr que se quedara, y fuera, a los lugares que en sus ensueños amaba. Esperaba una caricia del cielo. Pero, fue en vano, Dios sabe porque lo habrá elegido para este vuelo de alivio y esperanza.

¡Su belleza espiritual no era de este mundo!

Una noche gris se fue

Y se marchó, sin pronunciar

ni siquiera un adiós, sin un adiós

Si alguien vislumbra, su errante sombra

lleva en sus manos retales de ternura

Sonriendo a medias se fue

Llevaba heridas, por toda el alma

No tuvo tiempo de cicatrizarlas

Miró a los cielos, pidiendo ayuda y gritó,

solo el silencio y se marchó  . . . .

Es útil meditar acerca de la importancia del tiempo. Es en el tiempo que todos los santos se han santificado y preparado para su salvación. Es en el tiempo que todos los condenados tomaron el camino de la perdición eterna. El tiempo es un gran tesoro que Dios nos da para adquirir las riquezas eternas. Al momento de la muerte, cuando el alma se separa del cuerpo, se acaba el tiempo; ahora es la eternidad. Eternidad feliz para el alma que se encontraba en estado de gracia al momento de la muerte y eternidad miserable para el alma que estaba en pecado mortal. Dios nos da el tiempo para conocerlo mejor, amarlo más y preparar con su ayuda nuestra vida eterna.

Amigo, tú hiciste todo para la vida eterna, aunque eras un niño, y en tus últimos días te miraba y te observaba, como nunca, pensativo, sereno, como vaticinando el desenlace que se avecinaba.

¡Tú entereza me conmovía!

Tengo mi mochila vacía, solo recojo mi tiempo cansado, viajando en la cornisa entre los que se fueron y los que me acompañan, y esperando que cuando me toque partir, tu intercedas por mí para el reencuentro definitivo.

 

                                                                                                   Roberto E. Franco

17.10.23

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DEJENOS SU COMENTARIO, ¡ALABADO SEA JESUCRISTO!