jueves, 14 de marzo de 2024

ECONOMIA

 

¿QUE TE HAN HECHO?

“Bueno es saber que los vasos

nos sirven para beber;

lo malo es que no sabemos

para qué sirve la sed”

Antonio Machado

Ante la grave crisis en que se encuentra inmersa la Argentina es de rigor comprender que la economía no es autónoma, está inserta en un orden comunitario, luego nacional y tiene relaciones con el resto de los países del mundo.

El problema de la economía desde hace tiempo, es que la misma esta dirigida e impuesta a través de las universidades, esclavas de los poderes ocultos, y se circunscribe a un sumas y restas haciendo un homenaje explícito a los estudios llevados a cabo por Carlos Marx.

¡Pobre de ellos, no han sabido superarlo!

Se aísla la economía y con cálculos matemáticos, propios de una economía vetusta y falsa, se deja de lado a la razón de la economía: el hombre.  

Lo primero que debemos decir es que el hombre no es alimento, vestido y techo, pero sin alimento vestido y techo no puede ser hombre.  

Louigi Einaudi mencionaba la octava plaga de Egipto: los expertos, los que tienen recetas para solucionar todos los problemas y para cada dificultad, inclusive cuando una economía se desordena. Baste recordar el congelamiento de precios, la pretensión de manejar el tipo de cambio desde el banco central, la fijación de salarios, en fin tantos planes, programas, medidas, siempre caracterizados por su desvinculación con la realidad.

Por otro lado, lo olvidemos que un sábado, en una tarde londinense lluviosa, Ms. Silbourne – Manda más de la Compañía de Indias Orientales - paseaba a Adam Smith y le decía: tienes que hacer algo para que podamos aprovecharnos de la producción de las colonias y luego le vendemos los productos terminados y los transformamos en dependientes para siempre. De ahí aquello de la “ley de las ventajas comparativas”, idealización perversa y que ni siquiera fue obra de Smith, fue de su antecesor Gianmmaría Ortes. 

Hay otros que, en su ignorancia ilustrada hablan de “generar confianza” para que la economía funcione. No saben o se hacen los tontos de que hay aproximadamente 250 empresas que hacen y deshacen con los precios llevándose pingues ganancias a costo de las sacrificadas familias trabajadoras.

¡A estos nadie los loca, ni los marxistas, ni los liberales!

Ni antes con mil controles, ni ahora la libertad de la oferta y demanda que “no tiene fallos” según lo sostuvo una diputada libertaria, inducida sin dudas por el nefasto Milton Friedman.

En economía la eficiencia es hacer las cosas correctamente, pero más importante es hacer las cosas correctas, pero por sobre todo está la justicia.

Para los cegados por sus rengos análisis y todo lo ajustan a “terminar con el déficit fiscal” deben saber que la economía es mucho más que la producción de cosas. La economía es la posibilidad que tiene el hombre de repartir con justicia los bienes que les da gratuitamente la naturaleza, dentro de los cuales todos los hombres tenemos los mismos derechos.

Ojo con tener en cuenta quien dice lo que es de cada uno, porque lo que es de todos no es de nadie.

Leía con horror, que la tarifa social se les va a sacar a todas las familias que la recibían. En Gualeguaychú representan más del 10 % de las familias, y adonde van a parar. Ellas no son responsables de las iniquidades políticas, muchas terminaron en la miseria por el robo despiadado son control de las empresas multinacionales que con anzuelos de cartón fueron seduciendo a través de los años a los ilusos consumidores, y así vemos que las empresas a las que mencionaba antes, un día tienen la leche a mil, al otro día oferta a cuatrocientos y luego a ochocientos.

¿Esto es normal en una economía fundada en la ética?

La oferta y de demanda no tiene fallos, pero ojo el control de precios tampoco, jaja.

El problema es otro, es moral y entender que la economía no se mueve con números, existe porque éxito el hombre, de los contrario los animales no la necesitan porque se mueven por instinto, y los ángeles tampoco porque no necesitan nada y están felices en la contemplación perpetua de Dios.  

Pese a los despiadados satanistas que manejan el mundo con la perversa complicidad de casi todos los gobiernos, debemos entender que estamos en el mundo para hacerlo más agradable, y el mundo se hace más agradable en la medida que cada uno vaya descubriendo donde está lo que es lindo, donde está lo que es bueno, y sobre todo donde está lo que es cierto, porque las cosas no son ni buenas ni malas. Son cosas. Las hacemos buenas o malas nosotros, los hombres.   

                                                                                                                             Roberto Franco

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