lunes, 12 de febrero de 2024

 

COMO DEBE FUNCIONAR EL DINERO

En los tiempos que corren es cada mayor el número de economistas que invaden los medios, las universidades, etc, pero también es cierto que ya todos, con diferencias de matices accidentales, todos están en la misma – por error o por sumisión – fieles a una servidumbre que embota las mentes de los llamados intelectuales y destruye las esperanzas de familias y comunidades.

El dinero es una añadidura de la economía, y la economía existe porque vive el hombre, el cuál a través de su raciocinio tiene la facultad de elegir la forma de satisfacer sus necesidades entre diversos bienes. Para acceder a ellos trabaja, y el fruto del mismo debe ser intercambiado por dinero para acceder a otros bienes.

¿Quién es el responsable de facilitar este bien tan preciado?

¡El Estado!

Poniendo a disposición de familias y empresas la cantidad justa y necesaria.

Dos cosas son necesarias para lograr el equilibrio monetario – evitando los falseados ciclos – una imprenta cuando falta el dinero y un horno cuando sobra.

Entonces sí, entraríamos en un sistema beneficioso para todos.

Debemos analizar la economía del orden natural.

Lo primero,  tener en cuenta que la deuda constituye un diseño perverso que a través de la usura somete a los pueblos a una servidumbre perversa, contra la cuál no existe ninguna legislación que vele por los derechos humanos más castigados.  

Los bribones que rigen los destinos de la economía sostienen que el Estado no tiene condiciones morales ni intelectuales para manejar la moneda de su propio país, por ello los organismos y bancos internacionales están en condiciones de hacerlo con el beneplácito de los gobiernos de turno.

Estas entidades privadas y con fines de lucro jamás actuarán en beneficio de los pueblos sometidos y empobrecidos.

La emisión de la moneda debe estar a cargo del Estado de acuerdo a las necesidades de la población y no de los bancos privados y organismos internacionales.

Es risueño porque todos los billetes de dólar valen lo mismo u$s 0,14, costo de su impresión, - pues no tiene respaldo en oro, en trabajo ni en nada - y de acuerdo a la matriz que se use la devolución que deben hacer los sometidos será mayor o menor.

Realmente brillante lo que logran: cambian papel pintado por bienes.

Ahora está en boga prohibir a los pueblos la emisión de su propia moneda para la producción, pero se exige la emisión para promover la inmigración de personas que huyen de sus países por las masacres perpetradas por los mismos que alientan la inmigración a fin de destruir las identidades nacionales.

Si las pequeñas y medianas empresas satisfacen el consumo creciente, el Estado se ve en la obligación de usar la imprenta y emitir el dinero suficiente para equilibrar la creciente producción.

Pese a las mentiras impuestas, si la emisión acompaña a la producción no hay inflación.

Cabe recordar la teoría cualitativa de la moneda de Walter Beveraggi Allende, casualmente  prohibida en las universidades argentinas.

El negocio de los bancos requiere de la inestabilidad de los precios, para que de esta forma los pequeños y medianos productores deban recurrir a los bancos – la moneda escasea – para superar estas crisis organizadas.

Con un nivel de precios estables, todo cálculo económico es posible, y la economía crece y el bienestar de los habitantes se advierte al cobijo de las pequeñas y medianos empresas nacionales.

El Estado debe y puede prestar a las empresas productivas sin interés, con el único costo del sostenimiento de los bancos oficiales.

Debe quedar claro que la economía no es más que un medio para alcanzar fines superiores, por ello los economistas deben prioritariamente alcanzar una formación filosófica y de ciencias afines para aprehender esos fines ineludibles.

Una premisa esencial es la estabilidad monetaria, condición sine qua non, para favorecer la plena satisfacción de las necesidades esenciales a todos los habitantes.

¡Es la antítesis de la especulación!

La economía debe estar al servicio de los intereses de la Patria, refugio natural de sus habitantes, confluyendo en el Bien Común.

El orden económico natural elimina los componentes básicos de la pobreza y la miseria, pues las exacciones de la usura desaparecen.

Esta economía no da planes ni limosna, sino que da derechos y exige obligaciones.

Los planes sociales son creación de organismos internaciones – Banco Mundial – para lograr otra forma de sustracción de la riqueza generada.

En esta economía, atada a fines superiores, el Estado facilita que cada uno logre lo suyo en relación a las diferencias accidentales que existen entre los hombres.

En función de los talentos de cada un o se va ordenando la vida social y económica.

Otro aspecto ineludible es la propiedad privada, la cual da a sus moradores un regocijo espiritual, y una seguridad indispensables.

Es un derecho natural que no existe en ninguna de las dos formas de capitalismo: el marxismo la elimina y el liberalismo la concentra, dejando en ambos casos a hombres, familias y comunidades sin nada.

La mal habida competencia, esencia del liberalismo, ha logrado en el sumun de su esplendor la concentración definitiva de la propiedad en estos engendros multinacionales derivados del imperialismo internacional de la usura.

El fundamento de la economía natural se origina en la agricultura y luego se derrama en las demás actividades económicas.

La simpleza de la economía nos obliga, como seres inteligentes, a entender la profunda ceguera que nos invada y nos destruye, para poder alcanzar objetivos y fines nobles que nos merecemos.

                                                                                                                                                                                                                                         Roberto E. Franco

25.6.19

 

 

 

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